Miguel Ángel Flores

Amboades

Miguel Ángel Flores


Nocturna

08/03/2021

Nocturna es una ciudad, que es como el fin de todo; una ciudad que en tiempos de ‘leyenda’ fue… Y hoy en los tiempos contemporáneos, está reducida como otras ciudades a la entrega permanente de impuestos tácitos, que muchos tienen, hacia los que históricamente pocos reciben Y los pocos, año tras año aumentan esos pagos haciendo insostenible la vida real, siendo que, para el visitante de un día poco observador no lo perciba y solo vea lo que antaño fue. Esto ocurre no solo en Nocturna, sino, en la toda la sociedad de nuestros días; ya que, según nos dicen los que así mismo, se erigen ‘doctos padres nuestros’, vivimos inevitablemente en una ‘aldea global’. Como decía, Nocturna se cierne en su conjunto de una aislada pequeña sociedad, al dictado de unas normas no escritas, pero consolidadas secularmente, y éstas se siguen al pie de esa letra, por quienes tienen que seguir ‘esas normas’, de un modo de difícil comprensión.
Así este arcaico, pero eficaz sistema siquiera rudimentario, hace que todo funcione muy bien, en su particular funcionamiento y a cada individuo sin distinción de hombre o mujer, se le ‘hace-dicta, lo que tiene-debe hacer’. Eso sí, sin salirse de esa ‘su’ función asignada, de una manera muy poco libre (hay tanto que hablar de lo que significa en verdad la palabra libertad), porque en realidad Nocturna, pertenece a un gran País de una alta política demócrata, sí, y como se dice y se usa mucho, eso del libre pensamiento y de la libre expresión, por supuesto, si se avanza, por entre los cauces que marca esa ‘alta’ clase distinguida, para que los seres individuales, los que todos llaman ciudadanos y ciudadanas, puedan y deban tener un pensamiento propio (pero esto solo de palabra). Esto es como cita un filósofo español, de mediados del siglo XX, diciendo que la masa no piensa y la masa es dúctil. Siendo así este principio, de una clara falta de un pensamiento libre, por otra parte, ésta, es maleable y adaptable a los dictados de los que así mismo, se erigen ‘doctos padres nuestros’. Es fácil mantener las sociedades desde un punto de vista de aparente paz, aparente libertad y lo que es más curioso de aparente ‘igualdad’, ciertamente todo en apariencia. Porque cuando alguien individualmente, como unidad intenta hacer, decir o ir por los caminos de esa paz, libertad o igualdad, que han creado, todo pasa a ser todo lo contrario, dureza, extorsión, control, condena, arresto y rechazo.