Ana Nodal de Arce

Me la juego

Ana Nodal de Arce


Tesoros dormidos

11/05/2023

Pues resulta que Toledo estaba más animada en tiempos de los visigodos que en la actualidad, queridos lectores. Y es que, por fin, no sé si por el tirón de orejas de Europa, me extraña, o debido a que la consejera de Cultura se fue a la inauguración de Primark y tiene que demostrar que también está a otros asuntos, lo cierto es que se han dado a conocer los resultados del georradar, que datan de 2020, y que nos descubren un mundo espectacular en el subsuelo de la Vega Baja toledana.

Vamos, que en esta zona menospreciada por quienes ansiaban aplastarla bajo bloques de hormigón, no sólo se demostró, hace tiempo ya, que existió un palacio y la basílica de Santa Leocadia, sino que los nuevos estudios revelanque nos encontramos ante el yacimiento más importante de Europa que alberga una calzada, termas y, posiblemente, un teatro. Todo por descubrir y muchas veces expoliado y destruido por la intervención humana. Ahora se impone una demanda a la Junta: que se considere Bien de Interés Cultural (BIC) el conjunto de parcelas de la zona y no sólo aquellas que tuvo a bien declarar Barreda. Nuestra cultura, nuestra historia, nuestros orígenes deben ser respetados y sacadosa la luz. Tal vez nos pueda guiar en este camino incierto que la ciudad emprendió hace demasiado tiempo de la mano de gestores mediocres. 

Señores, señoras, la parcelación que están llevando a cabo frente a la Universidad no tiene sentido, más allá de darnos alguna pista de sus intenciones en estos golosos terrenos. Tampoco es de recibo que se dediquen a echar cemento en un aparcamiento situado sobre las tierras de quienes tuvieron su vista puesta en ese hermoso enclave,junto a un río que hoy agoniza. Los visigodos no entendían de esos apaños que actualmente traman las tres administraciones, Estado, Junta y Ayuntamiento, empeñados en configurar a su antojo, con caminitos absurdos y pretensiones vanas una zona que supone un auténtico lujo para la cultura europea.

Espero que a partir de ahora se abra un nuevo tiempo para el futuro de Vega Baja. Que se dote a la zona del Plan Especial que la proteja de una vez por todas, que se paralicen las actuaciones aisladas y que se considere primordial que los arqueólogos trabajen para darnos a conocer esos tesoros que aún permanecen dormidos en las entrañas de la tierra. 

Dentro de unas horas se inicia la campaña electoral para unos comicios decisivos, en los que debemos elegir el futuro para Toledo. El tiempo perdido nos ha convertido en una ciudad corriente, más allá de nuestro inmenso patrimonio visible, que, por supuesto, nunca se hubiera levantado con gobernantes como los actuales, quienes ni siquiera han sido capaces de construir un pabellón ferial, por poner un ejemplo sencillo. O unas instalaciones deportivas en condiciones. 

En fin, que Vega Baja nos ofrece la posibilidad de virar de rumbo. De rechazar proyectos tan disparatados como un cuartel de la guardia civil en la Peraleda, un entorno que no ha sido objeto del georradar, pero que ha de serlo. Nos depararía gratas sorpresas, a buen seguro. Bueno, paraalgunas, no tanto. Estamos a tiempo de convertir a Toledo en una ciudad moderna, dinámica, pujante, testigo de un pasado de gloria y custodiando un legado que estamos obligados a mantener intacto para las generaciones futuras.