Fernando Díez Moreno

Política y Humanismo

Fernando Díez Moreno


Política ‘marketing’ y pandemia (7)

19/04/2020

Para el humanismo cristiano, la política es la actividad encaminada a la consecución del bien común. Y los políticos son aquellas personas que, mediante elección popular, son responsables de esa consecución.
El bien común es definido por el humanismo como «el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección». Ahora al bien común se le llama ‘interés general’ o ‘interés de los ciudadanos’. En otras palabras, el bien común es resolver los problemas que tienen y preocupan a los ciudadanos.
¿Están resolviendo los políticos los problemas que surgen de la pandemia? En mi opinión, el Gobierno está practicando una política ‘marketing’. ¿En qué consiste?
Los gobernantes marketing son esclavos de la imagen. El engaño demagógico es la característica de estos gobernantes: no maduran los objetivos ni se hacen una representación de ellos; no se esfuerzan por dirigir, ni buscar las técnicas de gobierno adecuadas; no comprenden la necesidad absoluta de la coherencia y de las explicaciones públicas; no las templan en aras de lo posible, de lo pragmático, de lo viable. Es un tipo de gobernante atento a los movimientos  de la veleidad colectiva; apasionado por vivir en olor de multitud; indiferente a las verdaderas aspiraciones del ciudadano. Toma rumbo en cada viento; quiere complacer a todos los que se hacen oír; trabaja al día y según el medio que le influencia, ya sea el círculo más próximo, ya el comentarista más audaz, o ya la presión más temible.
Los gobernantes marketing aprueban Leyes o Decretos para causar un impacto inmediato, pero transcurrido este impacto los olvidan, no los aplican, no se hace su seguimiento, no se corrigen los errores. Sólo se busca tal impacto, como el de cualquier producto de consumo publicitario.
Los gobernantes marketing se dirigen a los ciudadanos para decirles lo que ya saben. Y siempre para hablar de lo que van a hacer: «hay que…», «vamos a…», «compraremos…», pero nunca les dicen lo que han hecho, o si han cumplido las promesas que hicieron en la comparecencia anterior.
Los gobernantes marketing no tienen en cuenta la trayectoria, la historia o los valores que ha defendido siempre su propio partido. Hacen borrón y cuenta nueva en aras del corto plazo y de la inmediatez. No es que mientan, es que, como carecen de convicciones políticas y morales, dicen en cada momento lo que convenga al fin inmediato, el ‘como sea’. El fin, para ellos, sí justifican los medios.
El gobernante marketing, ante un problema incómodo, por ejemplo, las cifras de fallecidos por la pandemia, suscitan otro artificialmente, para que los medios adictos se vuelquen sobre él y oculten el primero, por ejemplo, hablar de los recortes del PP, o de unos Pactos de la Moncloa imaginarios.
Para el gobernante marketing, su principal asesor, con quien despachan primero y durante más tiempo, no es el jurídico, o el financiero, o el experto que conoce el tema, es el asesor de imagen.
Ante la pandemia que nos asola, los políticos marketing no buscan el bien común que proclama el humanismo, solo buscan salvar su imagen y mantener sus votos.