Jorge Jaramillo

Mi media Fanega

Jorge Jaramillo


La movilidad

29/03/2020

Nunca se valora suficientemente un derecho hasta que se pierde o se ve coartado parcialmente. Y la inédita situación que nos toca vivir ahora, con la nunca imaginada declaración de Estado de Alarma en un país de confort, la suspensión o limitación de movimientos con el cierre de fronteras aéreas y terrestres, nos somete a una prueba difícil de olvidar que seguro tendrá sus propias secuelas.
   La alimentación se salva del confinamiento porque se hace imprescindible, hasta tal punto de que ha habido que blindarla por ley, así como a la logística y el transporte. El abastecimiento está garantizado, la cadena ha reforzado todos sus eslabones para que no falte de nada, las cooperativas están a pleno rendimiento, y los corredores verdes están despejados y escoltados por las fuerzas de seguridad, por los militares, para que la mercancía llegue a su destino sin necesidad de que hubiera que arbitrar racionamientos que sería la peor señal.
   El Ministro de Agricultura -que ayer se mostró en nuestra radio pública cercano, agradecido y cómplice con la labor de los productores por ‘no fallar al país’-, descartó de plano ese hipotético escenario que bien conocen nuestros abuelos, los más vulnerables en esta maldita guerra, los caídos que nunca olvidaremos en una batalla que se libra contra un enemigo invisible, escondido en nuestra piel, en nuestras manos, en nuestros pulmones y en nuestra cabeza. Bien es cierto que tanto la trinchera, como las armas y hasta el color de los uniformes son otros, pero mientras permanezcamos paralizados por el propio requerimiento de las autoridades sanitarias, juntos ¡resistiremos! como entonamos cada tarde desde el balcón.
 Luis Planas ha sido tajante y claro con el número máximo de ocupantes que pueden desplazarse al campo para acometer tareas indispensables y así garantizar la cadena alimentaria. Serán dos en coches de cinco plazas, aunque el segundo siempre en diagonal con el conductor desde el asiento de atrás. En furgonetas de 9, hasta un tercio de sus ocupantes con distancia suficiente entre ellos para evitar un posible contagio.
   Como todavía se daban libres interpretaciones cuando se echaba el alto en un camino, en una carretera comarcal, o en la propia autovía, y con el ánimo de que ningún agente tenga dilemas sobre la aplicación y el cumplimiento de la ley, el Ministerio de Transportes ha actualizado de nuevo el Real Decreto Ley y específicamente el punto de movilidad, introduciendo un párrafo expreso para la actividad agroalimentaria que con urgencia venían reclamando todos. Conviene releerlo bien.
 Pero en esa entrevista que pudimos mantener ‘A Pie de Campo’, apuntó otro problema inminente por la prolongación del confinamiento, -quien sabe si mañana sea por más tiempo del 12 de abril-, y es la coincidencia con las primeras recolecciones de fruta de hueso donde no se permite la movilidad de trabajadores entre regiones. Recomendó empezar a buscarlos en los municipios más próximos, en la provincia, o dentro de una misma comunidad donde sí está permitido.
   Como la situación no parece que vaya a cambiar a corto plazo, quizás deberían ir planificándose aquellas que tenemos la vuelta de la esquina. Y me vienen a la cabeza los problemas que ha habido en las últimas cosechas cuando no se encontraban ni vendimiadores, ni para varear aceitunas.