Enrique Sánchez Lubián

En el Camino

Enrique Sánchez Lubián


Pim-pam, pelotazo

07/10/2021

Lo siento por sus amigos y seguidores toledanos, que los tiene, pero lo de Antonio Miguel Carmona y su nombramiento como vicepresidente de Iberdrola me parece una vergüenza y otra provocación para que el descrédito hacia la política y los políticos aumenten. Cuando la irritación ciudadana por el precio de la luz está a tope y las eléctricas desafían al gobierno resistiéndose a mermar sus beneficios, que un conocido socialista se pase al ‘enemigo’ es un golpe muy duro para quienes creemos que en la acción pública tan importante debe ser la ética como la estética, más aún entre la gente de izquierdas.
Se atribuye a Indalecio Prieto una frase según la cual cuando al PSOE se le pedía designar a alguno de los suyos para representarles en una entidad u organismo, debía elegirse siempre a los mejores, añadiendo que al día siguiente de su nombramiento se les vigilaría de cerca para que no manchasen el buen nombre del partido. Sé que este no es el caso y vaya por delante que cada uno es libre de dar los pasos que considere adecuados para su desarrollo personal y profesional, pero hay gente cuyas decisiones trascienden más allá de lo privado.
Aunque ya no ostente ningún cargo orgánico dentro del PSOE, Carmona no es un militante cualquiera. Él lo sabe y lo cultiva. Tras haber fracasado en sus repetidos intentos por alcanzar la alcaldía de Madrid, habiendo sido concejal y diputado autonómico, en estos últimos tiempos compagina su actividad docente con el vistoso pluriempleo de tertuliano, luciendo cual ‘prima donna’ junto a lo más granado de aquellos charlistas ferozmente críticos con la coalición gubernamental. Su incorporación al bien pagado club de las puertas giratorias ofrece más munición a cuantos quieren tumbar a Pedro Sánchez. No deben extrañar, por tanto, cuantos reproches está recibiendo.
Hace años se hizo viral un discurso suyo criticando a Podemos, señalando que frente al ‘tic-tac’ esgrimido por Pablo Iglesias esperando la caída de Mariano Rajoy, ellos [los socialistas], más pragmáticos, ofrecían ‘pim-pam, propuesta; pim-pam, propuesta; pim-pam, propuesta’, repetía de corrido cual infantil retahíla. Ahora, haciendo gala de ese narcisismo que trasluce en sus intervenciones televisivas, Carmona bien podrá decir a los cuatro vientos: ‘pim-pam, fichaje; pim-pam, vicepresidente; pim-pam, pelotazo’.