Ángel Monterrubio

Tente Nublao

Ángel Monterrubio


Primera ‘resurrección’ de la Semana Santa talaverana

17/03/2021

A principios del año 1953 el periodista Quique Ginestal en un artículo en el Semanario Comarcal La Voz de Talavera, que tituló: ‘Querer es poder’, hace una llamada para revalorizar la Semana Santa talaverana, a la vez que nos da una idea precisa del momento que atravesaba: «La Semana Santa en Talavera es hoy pobre, muy pobre; sus cofradías en procesión, solo dan muestra de un pasado lejano, ido, en las costumbres y en la educación social y religiosa de una ciudad que ha crecido en la más feroz apatía por parte de quien más obligados estuvieron para sacudirla».
Ese artículo fue el aldabonazo para la primera ‘resurrección’ de la Semana Santa talaverana. Las hermandades mantuvieron varias reuniones con el objetivo de tratar que los desfiles procesionales y actos de culto tuvieran mayor solemnidad y brillantez. Todos sus representantes, sin discusión, estaban de acuerdo en tres cuestiones: la primera, y más seria, que la Semana Santa talaverana languidecía sin remedio; la segunda, que de ninguna de las maneras se correspondía con la de una ciudad que había conseguido un empuje económico y un dinamismo extraordinarios y la tercera, que la única manera de potenciarla era trabajar todas las hermandades de manera conjunta y coordinada.  
Desde esas reflexiones y con ese ánimo de mejora comienzan a dar los primeros pasos. Dos serían las novedades que incorporarían: La Semana Santa de 1953 será la primera que se inicie con un pregón. Estuvo a cargo del padre escolapio Moisés Rodríguez, rector del Real Colegio de Escuelas Pías de San Fernando en Sevilla. El escenario fue el Teatro Palenque, que estuvo abarrotado de público para escucharlo. Lo presentó el Arcipreste de Talavera, Félix Jiménez Magán, amigo suyo desde la niñez. El pregonero, tras alabar el crecimiento y prosperidad que la ciudad estaba alcanzando y repasar a sus hijos ilustres, se centró en la Semana Santa sevillana y aludió a las coincidencias y semejanzas de carácter y de lenguaje entre Talavera y Sevilla. Animó, especialmente a las hermandades y cofradías, a perseverar en el camino que habían iniciado para conseguir una Semana Santa «más devota y rumbosa» y a trabajar en la «dignificación de las procesiones».  La segunda novedad consistió en que en todos los cultos que se celebraron en la iglesia Colegial intervino la Schola Cantorum del Seminario Menor de San Joaquín lo cual les dio un realce sustancial.