Muchos somos así, debe ser propio de la condición humana. Necesitamos certezas y seguridad para sentirnos bien. Nos incomoda y acongoja sentirnos desprotegidos frente al peligro, o lo que percibimos como tal. Por eso, nos tranquiliza todo aquello que suponga controlar su riesgo, al precio que sea necesario, para seguir sin preocupación con nuestras cosas, aunque alrededor no cejen en su empeño la incertidumbre, la inestabilidad o la inconstancia. La pandemia y el deterioro económico que nos asola llegarán a ser un capítulo más, aunque sea doloroso y amargo, de la azarosa vida de la humanidad que los va reuniendo, uno a uno, en sus memorias.
También es cierto que a nuestro tiempo no solo lo caracterizamos como de sociedad postindustrial, postmoderna, del conocimiento o de sociedad en red, sino que también vivimos en la sociedad del riesgo de Ulrich Beck que lidia con las inseguridades inducidas por su propia modernización. Hoy es lógico que se susciten diferentes debates sobre si habría sido posible predecir que la propagación de la enfermedad alcanzaría el grado de pandemia y haber evitado con medidas de control sus consecuencias. A mí me resultan interesantes dos enfoques para analizarlo asociados a la sociedad del riesgo: la teoría del Black Swan de Nassim Nicholas Taleb y el concepto militar VUCA.
Taleb califica como ‘cisne negro’, en alusión al hecho de que hasta el descubrimiento de Australia el resto del mundo consideraba como una verdad incuestionable que los cisnes eran siempre blancos, a la irrupción de un fenómeno que tendría, hasta que ocurre, la consideración de bastante improbable porque no había evidencias que lo advirtieran. Se caracterizan por ser impredecibles, causar un gran impacto y por promover cuando sobrevienen la búsqueda de explicaciones para que su aparición nos termine pareciendo menos aleatoria y más predecible. De hecho, un escaso número de cisnes negros, fuera del ámbito de las expectativas regulares, esclarecerían la historia del mundo y nos demostrarían la debilidad de nuestra capacidad para conocerlo a medida que se va haciendo más complejo e interconectado.  Quién habría adivinado la caída del muro de Berlín, que el fundamentalismo islámico retrotrajera a la Edad Media a algunas sociedades, el efecto de internet, la crisis financiera o el Covid-19.
Un entorno VUCA es un concepto militar que caracteriza una situación por, traduciendo los términos de sus iniciales en inglés, su volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad. Volátil porque los cambios son rápidos y significativos, incierta por lo impredecible de los acontecimientos, compleja porque depende de muchos factores y ambigua por la dificultad que presenta entender lo que sucede. Por eso una operación militar considera  entorno VUCA cuando no se tiene información ni seguridad sobre la situación en la que una misión se debe llevar a cabo.
Esto requiere saber gestionar muy bien la incertidumbre porque de todos modos la misión se realizará. Ser conscientes de que, como el presente puede cambiar en un segundo restándole logros al bienestar y al progreso, hay que estar bien preparado y mejor organizado.