El presidente de la Generalidad Valenciana -en castellano, escribo en castellano- Chimo Puig, ha perpetrado unas declaraciones, bufidos tal vez,  que son un poema, lúgubre claro; digo que  ha disparado esa bocaza sin vergüenza alguna para afirmar que no está dispuesto a renunciar a ningún  beneficio del trasvase, ni una gota de agua menos del embargado Tajo. El grupo The Smiths tiene una canción llamada 'Big Mouth Strikes again';  pues eso, el bocazas del bisoñé sudoroso ataca otra vez. Por mí puede atacar cuando le venga en gana, aunque los paganos somos  quienes vivimos en la ribera del río somos los  grandes afectados. Alguien pensará que soy un maleducado irrespetuoso, puede que alguien piense así, un grosero con el  político del bisoñé descarado pero menos respeto tiene él que declara que quiere todo el agua  para su región y no tiene una palabra para los perjudicados por tal cosa, le damos exactamente igual  eso sí es no tener espeto. Seguro que en su descortesía no ha pensado ni un momento en nuestro río. Sí NUESTRO y lo escribo con mayúsculas para que se enteren de una vez, Puig el primero, que Talavera, Toledo, Aranjuez etc, sí tienen, por razón geográfica, derecho a reclamar el Tajo como propio. Vuelvo  a autocitarme al recordar a Jiménez de Gregorio que tantas veces repetía que la geografía manda y la historia obedece.
Creo que fue el viernes pasado cuando en una programa de La 2 hubo unos reportajes muy interesantes sobre los ríos en España. Eché de menos información sobre el desastre del Tajo del que no dijeron nada, creo que está muy claro que los tentáculos  de los regantes son largos y poderosos, aun así hubo aspectos muy atrayentes tal vez ajenos a su voluntad,  en los que informaron que hace  diecisiete años que se trabaja en España para terminar con «el aprovechamiento inadecuado de los ríos y hablaron de los ríos prisioneros a los que se estaba liberando». Automáticamente pensé en que si creían que existen cauces de agua 'prisioneros' qué sería del Tajo que no está en cautividad, es que lo roban con infamia para desembocar en un lugar distinto al suyo natural; hablaban de una entidad, el Centro Ibérico de restauración fluvial, dedicado a devolver la vida y los cauces naturales a los ríos; comprenderán que automáticamente pensara en que semejante entidad que por su nombre parece pensada específicamente para las necesidades del Tajo y no comprendo cómo no se han puesto a trabajar  ya para arreglar un dislate como el que sufrimos río y ribereños; a propósito de esto uno de los responsables  aseguraba que «ahora sabemos lo que hicimos mal y nos perjudica a nosotros y a nuestro sistema fluvial»;  no hace falta añadir ni una coma. Sólo exigir que trabajen en el Tajo cuanto antes.
El Tajo, nuestro río.