Ignacio Ruiz

Cabalito

Ignacio Ruiz


Eres buena y eres grande

12/10/2019

Tú sí que has demostrado que eres libre. Libre para decidir volver a tu trabajo de inmediato. Allí donde te han echado de menos, por tu conocimiento, por tu capacidad de gestión, por tu dimensión profesional pero, sobre todo, la personal.
La universidad precisa de personas como tú. Desde el Congreso de los Diputados has escuchado a los que te pedían árnica. Has estado donde se te esperaba y, en muchas ocasiones, tus gestiones han sido rápidas y eficaces.
En tu paso como directora general de Familia no sólo gestionaste con decisión y firmeza la ruina que dejaron los socialistas, sino que, de la mano de tu equipo, grandes profesionales funcionarios comprometidos, pusiste orden en el desbarajuste de chiringuitos y despiporre presupuestario en el que vivían con Barreda.
Cospedal te dio pie para trabajar y publicar un Plan Regional de Familia que apostaba por generar oportunidades, desde la cercanía, con conocimiento de causa, de la tierra y de las circunstancias. No cabían los brindis al sol, sólo gestión de la buena. Nada de promesas incumplidas, profesionalidad excelente.  
Pusiste orden en los pagos,  hiciste lo que había que hacer y las entidades echan de menos esa seriedad y esa firmeza para defender lo que hacía falta con quien hacía falta.
Las aulas de UCLM en Cuenca ganan, las listas al congreso por Guadalajara pierden.
Qué lección para aquellos sin profesión ni ocupación fuera de la política, pero sobre todo para los que teniéndola les da un perterre volver a las aulas como tú, a recitar aunque sea el Rosa – rosae, porque se vive mejor en el chisgarabís que en el hoy y el aquí.
Silvia Valmaña es un ejemplo de gran  profesional que llegó a la política a dejar huella, y bien que lo ha hecho. Su trabajo, dedicación, entusiasmo nunca han decaído. Ha recorrido y seguirá haciéndolo, las adustas carreteras de Guadalajara. Si Paco Núñez sabe algo de esto de la política la rescatará para puestos muy importantes, más pronto que tarde.
No quiero empezar a pensar que ni cambio ni nuevos vientos, como se nos vendió hace un año, pero ver regresar a Silvia a su facultad me invita a pensar que los buenos, los grandes, los libres, prefieren estar en casa, en su trabajo.