Editorial

La región no debe ser la única solución al problema hídrico nacional

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Todos los martes, el Ministerio para la Transición Ecológica informa del estado de la reserva hidráulica y semana tras semana disminuye, hasta el 48,2% del pasado martes 13, cuando los embalses españoles almacenaban 27.024 hectómetros cúbicos de agua, 692 menos que la semana anterior. En el ámbito del Tajo, la capacidad total de sus embalses es de 11.056 hectómetros cúbicos y, según los últimos datos del Ministerio, en la actualidad registra 4.603, que son 2.129 hectómetros cúbicos menos que hace un año y 1.393 menos que la media de la última década.

Estas cifras negativas en cuanto a la reserva de agua en los embalses del ámbito Tajo deben invitar a la prudencia y a la reflexión, aunque parece que no es así para la Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura que, un día antes de hacerse públicos los últimos datos de reserva hidráulica, y seguramente siendo conocedora de que el agua embalsada en el Tajo caía al 41,6%, propuso un nuevo trasvase para el mes de agosto de 20 hectómetros cúbicos para atender las necesidades hídricas de las cuencas receptoras.

Para su toma de decisión, considera el informe de situación elaborado por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas, que indica que a 1 de agosto del presente año, se constata que el sistema se mantiene en la situación hidrológica excepcional o nivel 3 que se inició en el mes de mayo, aunque no es menos cierto que desde esa fecha la reserva hidráulica sigue en descenso en el ámbito Tajo, pero los trasvases no cesan.

El anuncio de esta nueva propuesta de trasvase tuvo rápida respuesta por el Gobierno de Castilla-La Mancha, que es la región más castigada por el Gobierno central en cuestiones hídricas, indicando su consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, que se recurrirá porque son derivaciones «insostenible», al tiempo que insistió en que tiene que haber un cambio a nivel nacional para tener en cuenta los intereses de todos, incluidos los de este región, sobre todo, en este caso, de los municipios ribereños de Entrepeñas y Buendía, que algo de voz deberán tener en el asunto, porque mucho que les pese a los vecinos murcianos.

Derivaciones de agua y discusiones sobre integrantes de la Comisión del Trasvase no hacen nada más que enfrentar a dos regiones que, curiosamente, tienen los tres ámbitos con menor porcentaje de reserva hidráulica de toda España (Segura, 24%; Júcar, 33,1%; y Tajo, 41,6%), por lo que es urgente que desde el Gobierno central, cuando deje de estar en funciones, se aborde de una vez por todas, con firmeza y medidas efectivas la política hidráulica nacional y se deje ya de castigar a una región como Castilla-La Mancha, donde es evidente que el agua no sobra.