El Esquema de Temas Importantes (ETI) del Tajo es el documento que marcará el modelo de gestión del río desde 2021 hasta al menos 2028. EL documento presentado hace unas semanas hereda todos los defectos, omisiones y prevaricaciones de sus hermanos mayores paridos en los dos anteriores ciclos de planificación de la pasada década. Una vez leídos y analizados, sólo me cabe decir –como me adelantaban técnicos del propio Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico– que es un auténtico despropósito, una chapuza, y un documento impropio de un país de la Unión Europeo que avanza hacia la frontera del primer cuarto del siglo XXI. De las varias versiones que estaban preparadas, al final se dio la orden de que saliera la peor para el Tajo (y, claro está, para Castilla-La Mancha).
Es imprescindible recuperar la unidad de Toledo y Talavera frente a este documento, dejar claro que nos podrán imponer una gestión nefasta (como la que soportamos); pero que no vamos a ser cómplices de una década más de Tajo muerto, de trasvase abierto, de la cabecera guillotinada del resto del río. No, no y no. Los Ayuntamientos deben volver a mostrar de forma contundente la unidad a favor de la recuperación del Tajo, contra el trágala que nos trae el Ministerio. Sumar a Aranjuez, y fijar a Entrepeñas y Buendía como la verdadera reserva y garantía para el tramo medio del río, no sólo como ha ocurrido en los últimos 30 años para el Tajo-Segura.
Y esa contundencia debe reflejarse tanto en alegaciones (que luego llevar a Bruselas y esgrimir a lo más seguro ante tribunales por el incumplimiento de las cinco sentencias del Supremo), como en el posicionamiento como ciudad y sociedad. El ETI sigue sin fijar caudales ecológicos de acuerdo a la Instrucción de Planificación Hidrológica. Sigue sin fijar caudales generadores –las crecidas que devuelvan dinamismo y vida al Tajo –, y sigue amputando la cabecera, y comprometiendo los abastecimientos de Toledo, Talavera, La Sagra y el Corredor del Henares. Ahí es nada. En un escenario de escasez de recursos, donde el Plan de cuenca se elabora según los intereses del Trasvase y de Madrid (que sigue sin invertir en depuración), Castilla-La Mancha debería estar más preocupada de lo que parece, aunque el Gobierno ya haya dicho que no va a tragar con este ETI.
Hay que recuperar la unidad de acción del anterior mandato. La Mesa del Agua es importante, pero también lo es que Talavera y Toledo escenifiquen adecuadamente, con palabras, gestos y hechos, su negativa a tragar con un documento infame para el Tajo y para los intereses de las dos ciudades. Nos jugamos otra década. Y viendo cómo se las gasta el Gobierno de Pedro Sánchez y su teórica Ministra para la Transición Ecológica, está claro que nos quieren dejar, de nuevo, en la cuneta.