Miguel Trinidad

Mano a Mano

Miguel Trinidad


De aquellos polvos, estos lodos

05/02/2021

Los últimos batacazos deportivos del CD Toledo en Liga han dejado a los nuevos mandatarios en una situación comprometida. Si ya tenían mucho trabajo para estabilizar económica e institucionalmente la entidad, ahora un nuevo incendio, en este caso deportivo, amenaza con dinamitar un proyecto que sobre el papel era complicado pero al que los últimos resultados de 2020 le habían dado un poco de oxígeno.
Uno de los mayores problemas que ha sufrido este club en su historia más reciente, y que le ha costado, entre otras cosas, el descenso a Tercera División, es la temeraria e injustificada dirección deportiva.
El último año de Segunda B, con la salida de Expósito y Bahía del club, Joaquín Sorribas creó una plantilla con una diferencia abismal de calidad-precio en la que jugadores de segunda fila recibieron sueldos de estrella. Uno de ellos incluso firmó una exageración cuando era sabido que el club y la ciudad no eran ‘santo de su devoción’. «Poderoso caballero es don Dinero»... Esta disparidad de sueldos inmerecidos y clausulas increíbles derivaron en envidias y problemas de vestuario... El resto es historia.
Este curso ha ocurrido algo similar. Resultó extraño comprobar cómo, tras varios años de recortes y ajustes de presupuestos, esta temporada se creó una plantilla con nombres importantes y entrenador contrastado en tiempo récord... ¿Magia? Solo hay una manera de poder cerrar tan pronto algo similar, como dicen en el sur, «tirando de taco». Es de suponer que el anterior propietario debía conocer que iba a vender la entidad porque si no, no se entiende que diese el OK a las tramitaciones, sueldos, renovaciones y clausulas dignas de un contrato de Messi. Una vez se va conociendo todo, es fácil entender los retrasos y algunas discrepancias de puertas para adentro.
Se volvió a demostrar que lo barato sale caro y cuando un cargo relevante lo lleva personal poco cualificado se crean incendios innecesarios. Ahora tocaba arreglar desaguisados y esas consecuencias pueden haber supuesto problemas en el vestuario, unido al cambio de cromos del mercado de invierno. Este barco no lo construyeron ellos, pero toca tapar los agujeros antes de que se pueda hundir.
De aquellos polvos vienen estos lodos, pero, pese al pesimismo que pueda reinar tras estos resultados deportivos, quedan 21 puntos en disputa para meterse en la fase de ascenso y, luego, otro gallo cantará. Es el momento para que los jugadores, el nuevo cuerpo técnico y la ‘nueva parte contratante de la primera parte’ se unan para remar en la misma dirección y dejar el resto de problemas a un lado. El enemigo más importante será la ansiedad porque que nadie dude que esta plantilla es capaz de todo, solo falta que jueguen los que merezcan jugar y que se crean de verdad que pueden con todo ello. Al final la pelotita entrará. Estoy seguro.