Miguel Ángel Flores

Amboades

Miguel Ángel Flores


La realidad del desierto

13/05/2019

La realidad del desierto, es indudablemente la realidad que vivimos la mayoría de los mortales. Aunque, todo el mundo se creé que es muy importante, sobre en los tiempos actuales, que parece ser la humanidad haya conseguido ser el superyó, y creo que ya un tal Nietzche, con sus pensamientos tan particularmente evolucionados, entendió que ciertamente al hombre, ya no le hace falta eso llamado Dios. Bueno y si en verdad ya no se necesita del Dios, sea bueno o sea malo, porque nos dan y nos proponen, otros dioses, ¿Por qué motivo en tal caso la mayoría de los mortales seres humanos ha cambiado al Dios, por otras cosas? Si ha cambiado a Dios, por la política, por el dinero, por creerse inmortal, por las seguridad (su seguridad) por el tener, en definitiva, por una real falta de libertad, contrastando con lo que estos nuevos pensamientos, que nos dicen ser libres, es decir que, en los tiempos del siglo XXI vivimos en libertad, y la profunda realidad, es que la libertad, si lo analizamos y reflexionamos con la tranquilidad y el sosiego que se merece, no existe. El no Dios, se ha cambiado al dios seguridad de tener mucho. En otras palabras, que ahora quien tiene libertad es porque tiene más dinero que nadie, y para conseguir más dinero, solo se consigue mucho de maneras efectivamente ilícitas, aunque quién ha logrado conseguir mucho dinero, nunca va a decir que es alguien deshonesto o deshonrado. Ahora hay que decir que, la libertad es la cumbre del éxito de esta sociedad occidental, y que la libertad es lo que nos da la felicidad, otro aspecto interesante. Todo ello argumentando que ser libre, nos hace ser más. Así por aquí, por ello puesto que a la mayoría Dios no le sirve, algunos muy hábiles y listos, que no trabajadores, ni inteligentes, viven y muy bien toda su vida (algunos desde sus 18 años y solo han hecho eso), de vender al resto el dios libertad y felicidad. Pero lo peor no es eso, lo peor es que, la inmensa mayoría que no creé ya en Dios les compra eso. Y ya se sabe, después como son los resultados reales.