Jesús Morales

Nada particular

Jesús Morales


Los bárbaros están en casa

17/09/2019

Nunca he sido hipócrita lo que no sé si es una virtud o un defecto, en todo caso no me ha sorprendido la noticia de la pintada del puente de Alcántara. Si me leen saben que mantengo una total beligerancia con las pintadas callejeras que fastidian (joden) los entornos urbanos en los que vivimos todos, merced a los caprichos de indocumentados inciviles, incultos, analfabetos cuyo lema es: hago lo que me sale de ahí mismo y me importa un pimiento donde lo haga sin otra razón que la imitación absurda de una moda tan irracional como malsana, si pintan en un sitio donde  hagan daño -cuanto más mejor- más placer les produce la pintada. Muchas veces he reflexionado sobre las pintadas  en Talavera: ciudad de aluvión, nulo cariño de los talaveranos por su ciudad, ignorancia, falta de arraigo, etc., pero es también imprescindible pensar en los responsables de estas catástrofes aparte de los groseros, iba a escribir pintores pero no, porque los del espray salvaje son cualquier cosa menos pintores.
 Aparte de la ignorancia y la nula educación, una parte de la culpa en la plaga de las pintadas la tienen quienes proclaman que los que guarrean con el bote de espray son artistas ¡nada menos que pintores que hacen arte! semejante sandez aberrante dista mucho de ser arte, esta idea sin sentido ha sido muy del gusto de gente que se llama a sí misma “progresista”; aquí tienen el resultado del  progresismo y el “arte callejero”: monumento del siglo XIII al carajo. Repito que no soy hipócrita así que no suelo prestar demasiada atención a lo que pasa en Toledo, pero la Imperial no es una ciudad de aluvión, ni poco querida por sus habitantes, ni mártir de las perniciosas modas urbanas imitativas. Al fin y al cabo, no es lo mismo –aunque sea igual de horrendo-, garabatear el muro de un solar en Parla, que la pared de una construcción de la Edad Media.
No existe lo que tanto han calificado como arte urbano, sino salvajes sin educación ni respeto por los demás alelados por modas que llegaron de USA y que lo fastidian todo. Allí ya han solucionado el problema por lo visto, pero mientras no haya otra perspectiva, creo que la única y más fácil solución es la vigilancia y la sanción ejemplar, el bolsillo duele muchísimo, puede que sea una pena, pero Toledo, cuya riqueza artística es patrimonio de todos no puede estar al albur y los caprichos de los bárbaros ignorantes.