Aurelio Martín

LA COLUMNA

Aurelio Martín

Periodista


Pesimismo ciudadano

14/03/2022

Mientras las bombas rusas caen sobre Ucrania y huyen millones de ciudadanos, el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell,  pide a los ciudadanos que aminoren el consumo de gas en casa con el fin de reducir la dependencia energética de Rusia. Es notoria la repercusión económica para el bolsillo de los españoles de este conflicto que está causando serios disgustos a la economía. No era preciso que el político enviara este mensaje porque ha vuelto el frío desde hace unos días. Marzo ya no es el prólogo de la primavera, mientras siguen sobrevolando las alas negras de la pandemia, cuya incidencia no toca suelo, y no hay claveles que tapen las bocachas de los fusiles. En la mayoría de las casas se lleva tiempo con la calefacción a medias, si no es prescindiendo de ella, y tampoco se toma el coche alegremente para hacer desplazamientos innecesarios, porque a dos euros el litro de gasolina es inviable. Ya no solo los agricultores se pueden quejar de producir sin beneficios, sino que este síndrome le padecen otros sectores. Esta situación hace volver a la tristeza, que llegó hace dos años como un virus.
Está clara la responsabilidad del Gobierno en la búsqueda de medidas que puedan paliar la precariedad que nos asola. El racionamiento de aceite de girasol en los supermercados ha sido el primer efecto psicológico. Pero ahí está también el papel de la oposición que no debe sembrar más tensión de la que existe y cumplir con su cuota de aportación a la política de Estado sin querer sacar partido electoral.  
Aunque aún falta patrón, al que ya dejaron colocado los barones en un intento de golpe, precisamente en 23-F, la portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra, ha mostrado la cara de la renovación, ratificada con el reciente acuerdo con Vox para gobernar en Castilla y León, rechazado por los populares europeos. Lo que sí hay es marinería, cientos de cargos que viven de la política, muchos elegidos a dedazo por Pablo Casado, que borran los tuits en los que le alababan a la vez que buscan fotos en las que aparecen junto al sustituto que llega del Atlántico. Se equivocó el presidente pero es injusta la respuesta de aquellos a los que colocó y que siguen cobrando de ello. En esto se ha convertido la política, hasta para quienes criticaban que lo primero que han hecho para alcanzar un acuerdo ha sido el reparto de sillones.