Juan Ignacio de Mesa

Barrio de Santo Tomé

Juan Ignacio de Mesa


Coronavirus y la economía

09/03/2020

La naturaleza ha demostrado que un virus puede hacer que la humanidad se vea superada. Y ante problemas globales, se necesitan respuestas globales. China ha logrado reducir drásticamente la expansión de la enfermedad reduciendo su tasa de crecimiento al 0,5 % diario, mientras en el resto del mundo la tasa está por encima del 25%, llegando a países con escasa o nula estructura sanitaria para hacer frente a la epidemia. Italia toma medidas que puede implicar poner en cuarentena a más de 16 millones de personas. La comunidad científica busca respuestas que permitan atajar este mal y resuelve incógnitas a velocidades mayores que en el caso de epidemias anteriores.
Pero el tiempo pasa y el miedo, que es el peor de los ‘virus’, está inoculado y se propaga a una gran rapidez. Se cancelan viajes, se anulan congresos y reuniones de todo tipo. Esta reacción, por muy irracional que se considere, es inevitable. Se retrasan decisiones importantes ante un escenario impredecible. Y la economía se ve afectada por esta situación. Keynes ya expuso como el estado de ánimo de los consumidores (animal spirits) influía en el consumo y son muchos los tratados que hablan del impacto de los factores psicológicos en la economía.
El PIB mundial se verá afectado reduciendo su crecimiento en más de un punto. Ante esto, las autoridades deben tomar decisiones. En el ámbito sanitario la actuación del Ministerio de Sanidad y su portavoz, es ejemplar. Pero en el ámbito económico los mensajes están siendo bastante inoportunos.
La inoportuna declaración del Ministerio de Trabajo con la recomendación del cierre de empresas dejando a todo el mundo colgado de la brocha, no ha sido muy inteligente. Pero es que, además, las medidas que deberían ir adoptándose entran en contradicción con lo que el Gobierno anuncia que va a llevar a cabo en su política presupuestaria y fiscal. Mientras la Reserva Federal Americana reduce los tipos de interés del dinero para inyectar actividad a la economía, aquí se plantea aumentar la presión fiscal y las bases de cotización. Ojo, que uno no puede hacer siempre lo que quiere. Un simple virus nos está condicionando y hay que saber aplicar la terapia adecuada, en el ámbito sanitario y en el económico.