Bienvenido Maquedano

La espada de madera

Bienvenido Maquedano


Felicitación

31/12/2019

Tuvo que acercarse hasta la papelería, hablar con el dependiente y elegir una tarjeta de entre el abanico extendido sobre el mostrador. Una apaisada, de gran formato, que combinaba cuadros de madonnas rafaelistas con adoraciones de niños Jesús de diez kilos al nacer e iluminados por un resplandor conseguido a base de añadir tonos blancos en entornos oscuros. Después encontró un tiempo de calma en la agenda del día, sin pantallas ni timbres de alarma, para sentarse, coger un rotulador azul celeste o algo así, nunca he sabido el nombre complejo de los colores, y rellenar la doble blanca del interior. En el lado derecho escribió las cosas de siempre, o las que hasta hace poco eran las cosas de siempre: buenos deseos para estas fechas que se avecinan; paz, salud, prosperidad y felicidad para el año nuevo; y lo encuadró todo con un queridos amigos y un con afecto y amistad, antes de rubricarlo y decirle a su compañera de fatigas que echase un garabato con un bolígrafo de otro color.
En el lado izquierdo dibujó a los tres reyes magos. Como siempre han sido los reyes magos: Melchor, viejo, con barba blanca y corona de puntas; Gaspar, más joven, la barba oscura y corona abombada; Baltasar, negro, lampiño, con turbante y pluma. Los tres con sus cofres y copón llenos de oro, incienso y mirra. Los tres sonrientes, mirando al lector, con tres bocadillos de tebeo. Melchor: ‘Y este año...’; Gaspar: ‘no olvidéis regalar...’; Baltasar: ‘cerámica de Puente’. Debajo de los reyes, encerrado en un pergamino: ‘Es un consejo de Sus Majestades de Oriente’. Metió el tarjetón en un sobre, le plantó la dirección y un sello y, de camino al trabajo, la metió dentro de un buzón de correos.
Para quienes no creen en los milagros de Navidad, ahí tienen un buen montón. Todas y cada una de las acciones que ese día llevó a cabo mi amigo Antonio Casado son una anomalía en 2019. El uso calmo del tiempo, las acciones analógicas de la escritura y el dibujo, la personalización de los afectos, la compra en un establecimiento especializado, la confianza en Correos, el recurso literario de los bocadillos, el lengüetazo pegado a un sello. Tengo una buena colección de vídeos ingeniosos recibidos por Whatsapp que borraré en unos días, pero esta felicitación a la antigua, cien por cien humana, me acompañará siempre. A usted, que aún lee la prensa, le deseo que tenga un año 2020 algo más analógico que el pasado y recupere algún pedazo de su humanidad perdida; puede ser buena idea empezar con el consejo de los reyes magos: regale cerámica del Puente (de Talavera también vale), que por algo es Patrimonio de la Humanidad.