«Toda situación, por mal que esté, puede empeorar». Todos estábamos esperando superar la situación derivada de la pandemia, tenemos ganas de salir, de reunirnos, de alcanzar una situación 'casi' normal. Vemos cómo van desapareciendo las mascarillas, las limitaciones de aforo. Hasta hemos tenido en Toledo nuestro Corpus con asistencia multitudinaria a pesar de las temperaturas extremas que se han tenido que soportar.
Pero ahora los titulares de prensa nos dan un baño de realidad. La inflación golpea el crecimiento de más del 50% de las empresas españolas. Según el Informe Europeo de Pagos de la Compañía de gestión de créditos INTRUM, la mitad de las empresas analizadas en 29 países europeos (España entre ellos) afirman que no cuentan con experiencia suficiente para enfrentarse a un escenario inflacionista como el que estamos viviendo. A esto se añade que el crecimiento del PIB en el primer trimestre se ha quedado en un raquítico 0,2% debido a la caída del consumo interno.
El Banco Central Europeo, que venía imputando la inflación a factores globales y energéticos poco controlables, se ve obligado a reconocer que la economía de la Zona Euro se está recalentando independientemente del efecto de la subida del coste de la energía o del precio de los productos importados. Estamos ante una situación en la que se nos escapan las medidas que pueden reducir el impacto de la subida del precio de la energía y materias primas, así como los problemas de suministro.
Puede que las ganas de recuperar una cierta sensación de normalidad, haga que la gente mantenga sus planes de irse de vacaciones y escaparse del ambiente pesimista en el que nos hemos visto encerrados los dos últimos años. Y, por un lado, harán bien. Dejarse llevar por la ilusión de que estamos saliendo de este pozo, liberará nuestras cabezas de muchos fantasmas. Pero no se nos olvide que septiembre llegará, habrá que hacer frente a los pagos que hayamos hecho con la tarjeta de crédito, veremos cuál es el precio del litro de gasolina y el del KW.  Podremos confirmar si los precios de los productos de alimentación han subido debido a las condiciones climáticas (ministro Garzón dixit) o está por las nubes, aunque estas descarguen agua. ¿Vivimos en una ilusión? O parafraseando a Calderón 'Los sueños, sueños son' y tendremos un despertar horroroso en este otoño.