Ángel Monterrubio

Tente Nublao

Ángel Monterrubio


Tío Crisanto, el de la Venta

22/06/2022

Tío Crisanto, el de la Venta, ya está listo de papeles. El hombre anduvo dándole quites ajustados a la peste del Covid y al final se lo llevó un infarto mientras estaba al fresco de la parra en la huerta. Quedó apoyado en la mesa como si estuviera dormido y con la pava del cigarro apagada en la comisura de los labios. Noventa y tres hubiera cumplido para la Virgen de agosto.
-Tío Crisanto, que dice mi padre que cuando le vague vaya a injertar el cerezo.
- Dile que cuando me vague no, coño, que 'pa' menguante que no se pierde la savia.
Y al siguiente menguante se presentaba Tío Crisanto, el de la Venta, con sus achiperres y con gesto y maneras de cirujano. Después de elegir muy pensativamente el sitio -le llevaba la reflexión un par de cigarros- abría de un tajo preciso el patrón con la navaja cabritera, que antes había desinfectado con un poco de alcohol de quemar, introducía la yema y vendaba y ataba con mucho esmero la herida.
-Para el cerezo es mejor hacer el injerto de lengüeta -aseguraba.
Cuando leí 'La Regenta' de Clarín, como no podía ser de otra manera, al personaje de don Tomás Crespo, Frígilis, le puse la imagen de Tío Crisanto, el de la Venta, por todo lo que sabía de árboles y plantas y por su talante bondadoso y generoso y su hondo concepto de la amistad. Aún lo sigo haciendo y en eso pensaba en el tanatorio: «le falta al cuello la bufanda a cuadros de don Tomás».
Tío Crisanto, el de la Venta, hacía un aloque espectacular, mezclando un vino tinto, casi negro, que sacaba de una viña que tenía entre Pepino y Cervera y un vino blanco que compraba en Los Cerralbos. El lo llamaba 'vina' y, prácticamente, lo regalaba todo a sus amigos. Su parte la guardaba en garrafones bien sellados en lo hondo del sótano, casi cueva, de su casa y lo sacaba en una vieja jarrita de medio azumbre de barro de Sartajada con una servilleta blanca inmaculada tapando la embocadura.
- ¿Un poco de 'vina', Estudiante? - Y con la 'vina', un poco de embutido o queso que cortaba, como el pan, con la misma navaja cabritera de injertar y mucha conversación.
- Tío Crisanto, que tengo un limonero lunero que me tienes que injertar cuando te vague.
- 'Pa' menguante, Estudiante, 'pa' menguante…

ARCHIVADO EN: COVID-19, Pepino