No me digan que la resaca de la fiesta grande de Toledo no está siendo triste. Ha pasado el jueves que reluce más que el sol como un día más en esta triste y apesadumbrada pandemia que estamos sufriendo.
Nos han clavado tres ramos de flores en cuatro puntos de la ciudad y con eso han tratado de paralizar un run-run que cada día va siendo más fuerte en la ciudad. Cada día más personas se dan cuenta de que la ciudad no está siendo gestionada por nadie, funciona por inercia, pero los problemas se resuelven con las telarañas del tiempo.
Nos están intentando acostumbrar a seguir la linde, como el tonto del chiste, hasta donde ellos quieran que sigamos. Le han cogido gustito a esto de prohibir. Se escudan en supuestos informes de expertos, esos mismos que escriben al dictado del concejal de turno para acallar alguna metedura de pata.
Estamos hartos de prohibiciones, de cierres arbitrarios de calles, de tener que caminar entre escombros y cagadas de palomas. Hartos de la tala indiscriminada de árboles, de la multiplicación de los espacios hormigonados y la escasez de espacios verdes.
Estamos hartos de escuchar lo buenos y felices que somos, pero encerraditos y con poco debate. Hartos del uso torticero de las instituciones para mayor gloria personalista de una alcaldesa que está deseando salir por piernas de la ciudad.
Las calles de único sentido, los coches en la periferia, la vivienda en los barrios dormitorio y ¿la cultura? Ay, la cultura, esa para mi abuela. No hay intercambio de ideas, no hay planes de ciudad contrastables y confrontables, son fotos y palabrería hueca sin un horizonte que nos ayude a ver qué somos y qué queremos dejar a nuestros sucesores.
Aquí es necesario poner pie en pared e impedir que sigan faltando al respeto a la Democracia y a la Libertad reduciendo los pasamanos teatreros a los que nos están acostumbrando.
La Libertad con la que Ayuso arrasó en Madrid, partía de la base de no prohibir por capricho, sino controlar desde el conocimiento y con un objetivo claro. Ahí la tienen, preparando su investidura para la próxima semana y ganando en el juzgado todas las afrentas que el gobierno sanchista le lanza día sí y día también.