Rafael Torres

FIRMA SINDICADA

Rafael Torres

Periodista y escritor


La derecha hiperventilada

11/05/2023

Sabido es que, por alguna oscura razón, las sesiones de control al Gobierno se convierten en sesiones de insultos al Gobierno, hurtando así a los españoles la posibilidad de que controlen su acción, sus proyectos y sus derivas a través, como es preceptivo en democracia, de sus representantes parlamentarios.
Éstos, sin embargo, víctimas tal vez de una suerte de dejadez o de galbana, prefieren antes cubrir el expediente con el trazo grueso de la bronca tabernaria que con el escrutinio racional que a cambio de su sueldo y de sus privilegios cabría exigírseles. O dicho de otro modo: es más fácil, y acaso más asequible a los efervescentes caletres de sus señorías de la oposición, llamar filoterrorista al presidente Sánchez, que exponer alternativas positivas y coherentes a su, según Inés Arrimadas sin ir más lejos, "gobierno de pesadilla".
A la izquierda no le gusta nada que gobierne la derecha, pero a ésta no es que no le guste, sino que no soporta que gobierne la izquierda. No puede con ello, y no se sabe si, de intentarlo alguna vez, podría. Desde el minuto uno, no bien Sánchez se mudó a La Moncloa, no ha parado de hiperventilar, con lo malo que es eso, y esa ansiedad, casi más física y patológica que política, ha llegado a un extremo más que preocupante en vísperas de elecciones, como no podía ser de otra manera. Eso de que los sondeos, manufacturados algunos de ellos de aquella manera, no terminen de confirmar que el "sanchismo" vaya a morder el polvo ya en municipios y regiones como prólogo de su finiquito total, tiene a esa derecha montaraz tan convulsionada que ya sólo se le ocurre anunciar una especie de Apocalipsis si no gana.
Ésto, lo de aterrorizar a la gente, o intentarlo, con lo que pasaría si no gana uno, no es nuevo, es viejo como el mundo, pero el discurso que argumenta ese susto se puede trabajar más o menos, y ni Vox, ni el PP, ni Ciudadanos se lo han trabajado ni mucho ni poco, y ahora menos, y si no fuera porque la parte gubernamental de Podemos se lo pone en bandeja cada dos por tres, absolutamente nada. Por lo demás, tampoco llevan bien que Pedro Sánchez sea un tipo frío, mucho más de lo que lo era el pobre Zapatero al que la derecha también ponía como chupa de dómine, y que, por serlo, alcance a bordar ese dontancredismo que a la reacción tanto exaspera.
Dice Sánchez que comprende la frustración de la derecha porque anuncia un Apocalipsis que no llega. Llegará, pero sólo cuando aparezca, anunciándolo, el profeta Elías en su carro de fuego.