Ignacio Ruiz

Cabalito

Ignacio Ruiz


Turismo intelectual

02/11/2022

Esta tipología aún no existe, pero seguro que, algún día, habrá un alguien que, mediante técnicas de investigación, demuestre que hay un nicho por explotar para la industria turística.
En ese caso, las variables para poder ver la oportunidad vendrían a ser aquellas que ayuden a designar el tipo de turista caracterizado por: unos gustos, una forma de consumir, unos intereses, unas necesidades.
Los destinos, ante este tipo de oportunidades lo que, en su gran mayoría, hacen es buscar aquellos mercados en los que coincidan, en un porcentaje alto, la oferta disponible con las demandas que los segmentos vean más adecuados en sus lugares de origen. La competencia viene por ver quién consigue desentrañar mejor, en los estudios de mercado, los gustos, intereses y expectativas que tienen esos potenciales turistas.
Pero, en la actualidad, ya estamos tan viajados y leídos, que no nos sirve cualquier cosa. Buscamos lugares en los que tengamos mucha certeza y pocas incertidumbres de ver y conocer algo que nos llena. Dónde vamos a ir, vamos a visitar algo verdaderamente interesante, comeremos bien, saldremos sanos.
El turismo seguirá creciendo, porque la crisis ha llegado, pero es contradictoria con la necesidad de salir de casa que el ser ciudadano ha cultivado en los últimos años. Recorreremos menos kilómetros, consumiremos servicios imprescindibles y no consentiremos que nos den gato por liebre.
El turismo, como ya he afirmado en muchas ocasiones, es un sector tan transversal como complementario, por ello es muy importante, pero no lo único. Es necesario que los destinos tengan en cuenta que, depender mayoritariamente del turismo y sectores anejos, supone un gran riesgo, a las pruebas del Covid-19 me remito.
Si cultivamos más sectores, el turismo se retroalimentará y seguirá creciendo pero, si dependemos del y para el turismo. Puede llegar una tormenta perfecta que se lleve por delante todo lo que se haya trabajado. Es necesario cultivar un turismo intelectual que enriquezca no sólo la experiencia del turista, también la de los residentes. Las opciones de desarrollo están interrelacionadas.
Para explotar un turismo intelectual es necesario tener estándares personales de empatía, de capacidad de observación y, de atracción. Es necesaria una variada y extensa agenda cultural, riqueza patrimonial o paisajística, gastronomía definida y posibilidades de generar experiencias a todo aquel que nos visite.

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