Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


Preocupante, muy preocupante

18/08/2019

Uno no espera que en un mes de agosto se anuncie la construcción del centro logístico, ni la llegada del AVE para la semana próxima ni nada que tenga una mínima importancia. Agosto es mes para que se nos cuente dónde recargan las pilas –aunque no las hayan gastado- nuestros dirigentes y tópicos similares. Cuando un gobierno lleva tan poco tiempo en el cargo tampoco esperamos ninguna «traca» de realidades, aceptamos el silencio como normal.
El problema, por tanto, no es la falta de realidades, la preocupación empieza cuando se quieren vender como logros simplezas cotidianas, cuando se nos anuncia a bombo y platillo que el Ayuntamiento ha tapado un bache o ha repuesto una bombilla del alumbrado. Eso sí es preocupante, porque se supone en que en una ciudad de la Europa occidental del siglo XXI esas cosas se hacen como rutina cotidiana: se limpian las calles, se enciende el alumbrado por las noches y los grifos corren tan pronto se abren. Eso no es noticia, eso es la vida cotidiana.
La preocupación me viene de que hace unos días se publicó a bombo y platillo que en Talavera se van a pavimentar unas pocas calles y mi preocupación aumentó cuando vi la pomposidad con que se anunciaba tal «prodigio». Yo pensaba que en ciudades de este tipo el asfaltado era algo que ocurría todos los años, que, habiendo tal número de calles, cada año tocaría el asfaltado de unas pocas como se cambiarán un buen número de señales, de farolas, de bancos y todo aquello que el uso normal y el gamberrismo hacen que se deteriore.
Pues resulta que se anuncia, nada menos que la visita de nuestra alcaldesa, acompañada de la concejal de «alquitranes y cementos», a una calle «que se va a pavimentar». No tengo noticia de que hubiera fuegos artificiales por dicho evento, pero sí se dio al hecho una relevancia que no tiene. La señora concejal anunció la obra «para hacer una ciudad más atractiva, dinámica y transitable para favorecer el desarrollo de la actividad empresarial…» ¡Nada menos!
Quiero pensar que estas declaraciones se deben, por una parte al aburrimiento de la inactividad estival y, por otra, a los calores propios del mes en que estamos, que tiende a licuar los sesos. Porque estoy seguro de que nuestros mandatarios municipales son conscientes de la gravedad de la situación de Talavera y de que tienen medicinas un poquito más sofisticadas para atajar dicha situación que el asfaltado de unas calles.
Lo cierto es que desde que oí estas declaraciones estoy en un sinvivir esperando que llegue septiembre, como Gelu y Manolo Tena, para comprobar que sí existen proyectos, que sí son conscientes de cuantos locales hay vacíos en Talavera, de que saben cuantas personas subsisten sin trabajo en Talavera, de que tienen presentes a tantos jóvenes que se van a estudiar y ya no vuelven a Talavera, de que no se olvidan que muchas personas no cogen el tren en Talavera porque no saben ni a dónde va ni a qué hora llega… de que éramos una Ciudad próspera y nos quieren convertir en aldea.
De todas formas, discúlpenme, pero no es fácil entender que una Ciudad, que ve como se esfuma su futuro entre las manos, sea capaz de perder un mes entero. Demasiada pachorra para mi gusto.