Bienvenido Maquedano

La espada de madera

Bienvenido Maquedano


Otra Navidad

22/12/2020

Hemos encargado cangrejos, unos diez, y chirlas, un puñado de gambas, aros de calamar, mejillones y espinazo de rape. Mi hermana dice que basta con freír cebolla y ajos, echarle un poco de pimienta y azafrán, y cocer los mariscos por separado para acabar mezclando todos los caldos en el puchero. Así se hace la sopa de mariscos que sólo tomo en Nochebuena desde niño. Hemos encargado un capón, espero que no demasiado gordo porque sólo somos cinco. Hay que preñarlo con ciruelas pasas y manzanas, y buscar una jeringuilla para inyectarle coñac durante veinticuatro horas. La hermana de mi mujer le dice que luego se unta con manteca, se salpimenta y queda listo para el horno. Así se hace el asado que mi suegra ponía cada Año Nuevo con purés de manzana y patata.
Lo de los turrones también lo hemos solucionado. El Suchard, el duro y el blando que es el más caro del mundo se encuentran en cualquier supermercado. El Caracas y el Soconusco sólo se compran en Zuricalday, y aunque yo creo que un turrón de verdad tiene que tener almendras, mi opinión no es compartida por el resto de los vascos que componen mi familia política. Así las cosas, lo hemos pedido por Internet y nos ha llegado por mensajería.
Ya conté la semana pasada que hemos puesto el belén en la escalera. También el árbol de plástico de los chinos que, teniendo en cuenta su longevidad, es lo más ecológico del mercado, y hemos colgado de un travesaño las bolas especiales, aquellas que resumen años de viajes y regalos, de Isla Reunión, de Nueva York, de Brujas, de París. Hemos enviado tarjetas de felicitación a Paca, a Antoñito y a Teresa, aún a riesgo de pasar por boomers, que es la palabra chorra que sustituye a carca. Como novedad, hemos fijado unas ramas falsas con piñas falsas y acebo falso a los balcones. Este año no habrá migas callejeras, ni me encontraré en los bares con la gente a la que sólo veo de Navidad en Navidad. No habrá pista de patinaje, ni haré cola en su churrería asociada el día 25 envuelto medio en niebla medio en humo. No nos apretaremos en el comedor con mi madre, mis hermanas y sobrinos, ni montaremos un caos de camas y otro caos en la cocina. No pasearemos en tropel para ver las luces y los belenes de la Estrella y de la Caja Rural. Tampoco nos tomaremos las uvas en Bilbao, ni escucharemos el mugido de las sirenas de los barcos en el puerto, ni el reventar de los cohetes. No habrá paseos por la orilla del mar, ni torres de Cubita, ni dry martinis. Pero celebraré con un buen ron colombiano que, aunque separados por muchos kilómetros, todos hemos sobrevivido.