Miguel Ángel Dionisio

El torreón de San Martín

Miguel Ángel Dionisio


Un centenario merecido

24/07/2019

La pasada semana los amantes de Toledo recibíamos una magnífica noticia. El pleno del Ayuntamiento aprobaba, por unanimidad, la celebración del centenario del nacimiento de uno de los toledanos más ilustres, Alfonso X, rey de Castilla y León, “el Sabio”, como le conoce la Historia por su excepcional labor de mecenazgo cultural. Realmente eran dos buenas noticias, pues el hecho de que, en un momento en el que la política española está marcada por el partidismo cortoplacista y cerril, todos los grupos políticos se pusieran de acuerdo para primar el interés general es algo digno de elogio. Ojalá cunda este ejemplo de buscar sobre todo el bien común entre nuestros políticos.
Volviendo a nuestro personaje, nacido en Toledo el 23 de noviembre de 1221, hijo de Fernando III y de Beatriz de Suabia, la celebración de su centenario ha de suponer, en primer lugar, un mayor conocimiento de su figura, así como de la época en que vivió. Superada esa falsa imagen, creada por los humanistas italianos, de la Edad Media como una época oscura y sombría, volver la mirada a ella supone entrar en uno de los periodos más fascinantes, dinámicos y ricos de la Historia de la Humanidad. Un periodo que para Toledo supuso una proyección cultural que se extendía por la Cristiandad entera, siendo un lugar de atracción de sabios de toda Europa, además de un crisol en el que se vertía la tradición cultural de judíos y musulmanes, en un ámbito que, si bien se ha mitificado demasiado, implicaba la coexistencia y convivencia, en mayor o menor medida, de diversos grupos religiosos, que daban a la ciudad un aire cosmopolita comparable con cualquiera de las grandes ciudades de la actualidad.
Este podría ser, además, uno de los objetivos del centenario, devolver a Toledo un dinamismo cultural y artístico del que, en ocasiones, carece. Mirar al pasado no puede ser excusa para la parálisis o la inactividad, sino impulso y revulsivo para seguir inmersos es esa tradición fecunda.
Es de esperar que, siguiendo la línea de consenso y colaboración que se lanzaba en el Consistorio, instituciones públicas y privadas, personas individuales y las diferentes administraciones se impliquen para alcanzar un éxito similar al que tuvo el centenario del Greco. Exposiciones, congresos, conciertos y todo tipo de actividades lúdicas deberían enriquecer ese año. Sin olvidar que dicho centenario puede servir de puente al que en 2026 celebraremos recordando el inicio de la construcción de la Catedral Primada.
Quizá, como un primer paso, no estaría de más que se recuperara y dignificara la abandonada escultura del rey que, primero en el Miradero y ahora en el Parque de las Tres Culturas, sufre la incuria y el vandalismo. Sería un estupendo comienzo.
¡Ah! No olviden, ya que celebramos el cincuenta aniversario de la llegada del hombre a la Luna, que un cráter lunar, Alphonsus, se llama así en honor de nuestro paisano.