El progreso de Talavera se produjo por el impulso que supuso para la ciudad la situación de  centro geográfico de su comarca, algo en lo que estamos todos de acuerdo; desde comprar un par de zapatos a visitar al médico pasando por sacar el carné; todo lo hacían los comarcanos en Talavera. Hasta ahora. Escribo hasta ahora ya que las buenas comunicaciones de Talavera con los pueblos de la comarca, que propiciaban las constantes visitas de los habitantes de los pueblos, están quedando en el olvido y tal circunstancia que se antoja de tanta  importancia parece no sólo abandonada, sino dejada de la mano de dios; la vida de Talavera su comercio, la economía, el patrimonio y la hacienda locales dependen de varios factores pero uno de los de mayor peso es el de la comunicación y parece que nadie se ha dado cuenta o que importa muy poco;  triste pero incomprensible, soy incapaz de explicarlo por otra cosa que no sea la ignorancia o la mala voluntad o las dos cosas.
No pretendo ser dogmático pero hasta que no se recuperen las comunicaciones con las localidades y pueblos de la comarca Talavera no abandonará la aciaga crisis. Cómo entenderían los pueblos de la comarca esta mutua dependencia y asimilarían su necesidad de un lugar como Talavera que llamaron 'el pozo' a la ciudad de la cerámica. Deseo escribir con calma y no dejarme llevar por la  desilusión, pero me parece que una semana más tengo que sacar a la palestra la ignorancia o tal vez la inopia y dejadez de nuestros políticos desde los Ayuntamientos –tanto de Talavera como de los pueblos-hasta una entidad de propósitos desconocidos aparte de cobrar impuestos: la Diputación.
Es obligación de los concejos procurar el bienestar de quienes los componen y facilitarles cualquier faceta de la vida, pero tal cosa se ha olvidado a la hora de tratar sobre las comunicaciones entre Talavera y los pueblos de la  comarca. Estas comunicaciones dependen de las empresas de autobuses, compañías privadas cuyo fin es obtener beneficios naturalmente, pero si se ven obligadas a suspender ciertas líneas deficitarias, la obligación de alcaldes  y entidades como la Diputación decía, es estar alerta y negociar con las compañías que sirven las rutas para subvencionar tales líneas con la diferencia económica que sea precisa y que no desaparezcan esas líneas, estructurar las redes que conforman el entramado de las comunicaciones entre Talavera y sus pueblos que son la vida de la  ciudad.
Quiero suponer que algo tan elemental está sobre la mesa de Tita y sus concejales porque es algo tan a la vista que no merece demostraciones.