Editorial

Fin «gradual y sostenible» de las medidas de apoyo a la energía

-

Bruselas mira con sospecha a España. Cree que el Gobierno incumplirá la senda del déficit que tiene marcada en su inamovible hoja de ruta, y es por eso que han comenzado a llegar mensajes de austeridad. El primero de ellos ha sido un ajuste fiscal, así como una solicitud para comenzar a retirar las medidas de apoyo a la energía. Las decisiones adoptadas en su día por el Gobierno de Pedro Sánchez en fiscalidad y costes fijos del sistema, y el impacto del mecanismo ibérico, permitieron controlar el precio de la electricidad, pero la Comisión Europea ya va avisando de que hay que cortar ese gasto.

Ayer mismo recomendaban a España la supresión gradual de las medidas de apoyo a la energía para finales de 2023 y su eliminación total en 2024. Un consejo al que sumaron además la invitación de que el Gobierno empiece a utilizar los ahorros correspondientes en otras lides, como reducir el déficit público, a la vez que lo complemente con limitar el gasto.

La moderación es la consigna desde Bruselas, pero no cierran la puerta a que, de continuar la situación mundial como anda, se puedan volver a aplicar medidas de apoyo. Eso sí, en caso de que nuevos incrementos de precios hagan necesarias más medidas, estas deberán ser fiscalmente asequibles y que se destinen únicamente a proteger a los hogares y empresas más vulnerables. Se acabó el café para todos.

El toque de atención de la Comisión Europea llega porque ven que España puede incumplir sus normas fiscales comunes, que señalan un máximo de déficit público del 3% del PIB y una deuda del 60%.

El paciente tiene signos de que va a ir a peor, y Bruselas quiere poner la venda antes de tener que hacer frente a la herida. Sus recomendaciones son más amplias, y animan al Gobierno de la Moncloa a preservar la inversión pública financiada y garantizar la absorción efectiva de las subvenciones del fondo de Recuperación y Resiliencia y otras ayudas de la UE.

A España parece que le recomiendan bajar la dosis de sal en las comidas, pues su tensión económica amaga con subir preocupantemente; aunque eso no siempre se ha correspondido con la realidad.

Una vez pase la cita electoral de este fin de semana, con el verano a la vuelta de la esquina y unos comicios nacionales en el frente, está por ver cómo va a desarrollarse el tema, pero de momento lo único que está muy claro es que la Comisión Europea ya ha avisado y ha puesto encima de la mesa sus primeros consejos médicos.

Su plan va más allá de este año, y el Ejecutivo comunitario pide que se siga aplicando una estrategia fiscal a medio plazo de saneamiento «gradual y sostenible», combinada con inversiones y reformas que propicien un mayor crecimiento. Ahora falta por ver si el paciente cumple las recomendaciones y, lo que sin duda marcará la diferencias, cómo evolucionan los mercados.