Francisco Javier Díaz Revorio

El Miradero

Francisco Javier Díaz Revorio


Fuimos los primeros

15/11/2019

Ya he escrito, en este mismo espacio, sobre la conmemoración de los quinientos años de la primera vuelta al mundo, un evento que se inició en 1519 y se culminó en 1522, y cuya trascendencia para la historia es difícil exagerar. Por ello me parece que la conmemoración requeriría un realce acorde con la circunstancia. Y aunque no estoy seguro de que España esté dando todo el merecido protagonismo y difusión al evento -y precisamente por ello- es justo reconocer que sí se han adoptado diversas iniciativas culturales, buena parte de ellas enmarcadas en el programa específico V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo, coordinado desde el Ministerio de Cultura y Deporte. En el limitado espacio de esta aportación voy a centrarme en destacar dos de ellas, que me parecen de gran interés y oportunidad. En primer lugar, la edición, por parte de Correos, del volumen Magallanes. Elcano. Una aventura filatélica, que incluye un ejemplar de la emisión filatélica conjunta de España y Portugal, consistente en una hermosa hoja ovalada que incluye las efigies de Magallanes y Elcano (el sello contiene la imagen de Magallanes en la versión en portugués, y la de Elcano en la castellana), así como el sobre de primer día de circulación en ambos países. El volumen se completa con un amplio conjunto de textos sobre la época de las navegaciones, la primera vuelta al mundo y su contexto, así como las conmemoraciones filatélicas que en el pasado se habían llevado a cabo de todo eso. Se puede adquirir en la web de Correos, cuesta 50 euros, y en mi opinión merece sin duda la pena.
La segunda iniciativa de la que quiero hacerme eco es la exposición ‘Fuimos los primeros. Magallanes, Elcano y la Vuelta al Mundo’ que se puede ver en el Museo Naval de Madrid, entrada por la calle Montalbán (para los que vayan desde Toledo, como quien dice a dos pasos de Atocha). Me parece absolutamente recomendable. Es gratuita, aunque se solicita una aportación de 3 euros para el mantenimiento del museo. Y es la mejor manera de recordar, aprender y entender el contexto de aquellos inicios del siglo XVI, y por supuesto los hechos específicos de aquella primera circunnavegación. Comienza con una proyección rigurosa, pero al tiempo emotiva y épica, sobre aquella gesta. Y luego hay un amplio recorrido explicativo, que incluye reproducciones, obras de arte y, sobre todo, valiosísima cartografía de la época. Recomiendo además, si es posible, la visita guiada. Quizá mi única crítica es que el espacio adjudicado a la exposición es bastante reducido, lo que provoca que esta no pueda disfrutarse con cierta comodidad, al menos en fin de semana, ya que las filas y aglomeraciones son frecuentes.