Jesús Morales

Nada particular

Jesús Morales


El nombre de la alcaldesa

04/06/2019

Dispuesto a escribir de la nueva alcaldesa de Talavera tuve que mirar periódicos atrasados y el ordenador porque aunque el apellido no me era extraño, al contrario, me sonó familiar de cuando manejé las listas de los vecinos de Sotilllo de las Palomas, allá cuando la transición, época en la que me tocó acudir a la mesa de las votaciones en tres o cuatro ocasiones; dispuesto decía, no recordaba ni el nombre ni los apellidos de la ganadora electoral y cuando leí el ‘Élez’  de su apellido recordé que por nuestra tierra, Sotillo incluido, se da ese apellido con cierta frecuencia.
 Élez se trataría de una impresión positiva, al fin tener un apellido de por aquí significaría aprecio por lo nuestro, algo de agradecer cuando el anterior depositario del bastón de mando municipal es conocido por su devoción por lo foráneo que le llevó a bautizar la feria del olivo y del aceite de Talavera como no sé qué Aove y Nuts, algo monstruoso que supongo no se volverá a repetir.
Todo esto está muy bien, pero lo más significativo es que desde las elecciones, Tita García Élez no ha dicho ni una palabra de asuntos tan urgentes en Talavera como la famosa decadencia, el tren, el desaparecido mercado y el agua de Tajo y Alberche. Creo que tomar posesión de la Alcaldía talaverana exige forzosamente hablar de estas cosas, enseñar planes nuevos y no pasar por ellas de puntillas y disimulando. No oculto mi nula esperanza por lo que haga Tita en los próximos meses, no por ella como individuo, sino por su condición de afiliada a un partido político, condición que me predispone a la duda frente a quien sea  como me figuro que ya es sabido después de tantos años.
La victoria de Tita coincidió con el triunfo de Page lo que podría ser un buen augurio dada la coincidencia de ambos en el mismo partido además de con el signo del Gobierno de Madrid pero la coincidencia me recuerda demasiado a aquel maldito adivino que profetizó que con Bono en la Junta y Rivas de alcalde de Talavera a la ciudad le había tocado la lotería y a los resultados me remito; de todas maneras aunque creo de corazón, que no hay que felicitar a nadie, como me considero bien educado no tengo inconveniente en felicitarla, ya llegará el momento de escribir qué me parece esto o aquello, no empezó Tita el mandato demasiado bien con un fin de semana ruidoso a altas horas de la madrugada; que la gente actúe  está bien, pero una música que a las doce de la mañana es magnífica, a las cuatro de la madrugada es diabólica.
Mal empezamos Tita.