Jesús Morales

Nada particular

Jesús Morales


Improrrogable

12/05/2020

La diarrea culposa de Pedro Sánchez sufrió la mañana del sábado un ataque agudo de su ñ0crónica disentería verbal. En realidad Sánchez está contento consigo mismo, la patología que algunos especialistas adivinan en su comportamiento  egomaníaco, le mantiene en su mundo ajeno a la situación actual, los que padecemos sus mentiras en cascada, sus regates discursivos y su incapacidad total y la de sus colaboradores para manejar una eventualidad como la de la pandemia del coronavirus, somos quienes distraídamente  tenemos el televisor encendido a la hora que habla cada sábado. O cuando los periodistas tienen que informar de lo que Sánchez repite una y otra vez con persistencia automática  o lo que calla ese político,  en el peor sentido de la palabra político, que a mí no me representa. Ya lo he escrito más veces.
Parece que con esta peliaguda cuestión del virus hemos olvidado o pasado por alto un asunto que hasta hace un mes y medio o dos nos tenía muy alerta y nos sentaba cada semana a escribir, ocurre que como suelo hacer, esta semana, una más del confinamiento, eché un vistazo a La Verdad de Murcia después que La Tribuna informó de un nuevo y generoso trasvase de 16,3 hectómetros cúbicos; el país parado y en suspenso menos el molesto Ministerio  de Transición Ecológica y Rollos Malos, un nuevo ministerio que se sacó de la manga quien no me representa y su vicepresidente  coleta morada y fauces de hiena. Esto pone de manifiesto que el cáncer del trasvase no atiende a alarmas ni confinamientos. Tras el anuncio ministerial,  nada nuevo bajo el sol, ni Page levantó una voz más alta que otra. Ni Tita amenazó –ni siquiera amenazó-con dimitir, ni anuncios ni manifiestos. Nada.
Escribo en este momento tan duro al que nos ha llevado la improvisación, la tozudez, la incapacidad, la ignorancia,  y el desmadre del este Gobierno que en maldita hora preside el íntegramente incapaz Sánchez y su émulo en ignorancia y mentiras Pablo Iglesias, pero lo que querría expresar sobre todo es que el desastre de la infección no puede tapar. Ni acallar  ni solapar la catástrofe que esta parte de España sufrimos con el trasvase: con coronavirus o no es improrrogable su final de una vez y para siempre. Comprendo que es un momento estupendo para que los prebostes de Casilla-La Mancha disimulen y traten de hacer pasar desapercibidas las burradas del trasvase,  que continúan con o sin pandemia.  Y para sorpresa de todos, la actitud de VOX en este asunto ¿Será que se resisten a que una de las últimas cagadas de Franco pase a mejor vida?