Enrique Sánchez Lubián

En el Camino

Enrique Sánchez Lubián


La exhumación

27/10/2019

En el día en que se cumplían años del nacimiento del teniente coronel Rafael Riego, adalid del Trienio Liberal, de la elección de Salvador Allende como presidente socialista de Chile, de la creación de la ONU, de la muerte de la antisegregacionista Rosa Parks o de la condena a prisión de Al Capone por no pagar impuestos, los restos de Franco salieron del Valle de los Caídos. Desde horas antes, la exhumación ya estaba reflejada en wikipedia junto a las efemérides más destacadas ocurridas un 24 de octubre en el mundo.
En 2017 el Congreso de los Diputados aprobó una proposición no de ley, presentada por el PSOE, instando al Gobierno a sacar los restos del general de Cuelgamuros. Mariano Rajoy hizo oídos sordos al requerimiento. Si durante cuarenta años ninguno de sus antecesores en la Moncloa había tenido arrestos para corregir semejante afrenta, él no iba a enfangarse en ello. Su partido se abstuvo en la votación y las derechas siempre han considerado innecesario exhumar al dictador.
Aunque cuando el Tribunal Supremo despejó el horizonte para el traslado de Franco hubo quienes consideraron que tal decisión contribuía a despolitizar la decisión del Consejo de Ministros, no debe olvidarse que este largo proceso jurídico-administrativo tuvo su origen en la voluntad del presidente Sánchez de cumplir una resolución parlamentaria que, tras años de vergonzosa inacción, respondía a la ley de Memoria Histórica y a los anhelos de numerosos colectivos sociales, con las familias de las víctimas del franquismo al frente.
Igual que el gobierno se ha esforzado con lo de Franco, ahora deben alentarse cuantas medidas sean precisas para recuperar los restos de los miles de desaparecidos que siguen en cunetas y fosas comunes, cerrando así heridas de la guerra civil y de la represión que perduran en numerosas familias. Dado que desde su llegada a la Moncloa Pedro Sánchez se empeñó en sacar al dictador del Valle, me cuesta comprar el discurso de quienes, a diestra y siniestra, empañan lo acontecido tildándolo de acto electoralista en vez de reconocerlo como reparadora victoria de la libertad y la democracia. Preocupa más escuchar a quienes, diciendo que la exhumación divide a los españoles, reavivan los rescoldos franquistas que aún persisten en nuestra sociedad. El porqué de esto inquieta y deberíamos reflexionarlo.