Ignacio Ruiz

Cabalito

Ignacio Ruiz


Quien maneja mi barca

26/10/2019

Era Remedios Amaya la que popularizó esta canción en el certamen musical, con no mucho éxito internacional, por cierto. Pero, a día de hoy, nos preguntamos, quién está manejando la barca nacional.
Unos pueden pensar que un ‘illuminati’ que lo único que quiere es imponer un nuevo orden, no sabemos cuál, pero el que existe en la actualidad ni le gusta, ni lo respeta, ni lo quiere mantener. Esos son los que creen que es posible el cambio con una vuelta a la trinchera, reescribir una nueva epopeya nacional, y en eso están. Cuánto van a durar, el tiempo que les entretenga mirar al vacío desde el borde del precipicio actual. Mientras no les toquen lo suyo, le seguirán dejando hacer, y se beneficiarán por ello. Cuando peguemos el resbalón y estemos haciendo equilibrios veremos cuánto tardan en lanzarlo, de nuevo, por la ventana.
Otros pueden pensar que es un ‘descerebrado’ que nos lleva a la ruina por la vía rápida. La de la revolución social, las algaradas. Los jóvenes asaltando las aulas y quemando las calles. Iglesias decía que se emocionaba al ver el control de los chavistas de la calle y la vida venezolana. Cuando haya visto las calles de Barcelona arder, desde su Galapagar del pueblo, estará en verdadero clímax.
Otros ni piensan en el tema. Ni les va, ni les viene. Viven por encima del bien y del mal. Esos son verdaderamente preocupantes. Tienen suficientes recursos para pasar de los cambios, y miran por encima del hombro al resto de la sociedad. Esos serán a los que llamaban casta, o caspa, o gentuza. Desimplicados en el bienestar nacional.
Los jóvenes son un mundo aparte. Viven en una dimensión basada en consumir, en gastar, en cubrir necesidades básicas y cuyo divertimento puede estar en el lío, la pelea, pero, sobre todo, la ausencia total de responsabilidad. Y con esos qué hacemos. Nuestro futuro estará en sus manos en breve. ¿Se implicarán con el tiempo? ¿Y si no?
La implicación empieza con el compromiso de mantener lo que soporta todo nuestro bienestar, y eso es la democracia. El día 10-N hay que votar, con implicación, por un futuro común, por una estabilidad institucional, por unos valores y lo que nos mantiene unidos. ¡Voten, voten!