Según el Diccionario de la RAE, la definición de ‘consenso’ es: «acuerdo producido por consentimiento entre todos los miembros de un grupo o entre varios grupos».
Dentro de la lógica confrontación entre soluciones para un mismo problema que se puede dar en la vida, es obvio que intentar ‘consensuar’ la mejor solución por acuerdo entre las partes, es un ejercicio que pone de manifiesto la capacidad de los líderes para enfrentarse a situaciones conflictivas. Si el consenso fue la base para llevar a cabo la Transición, algunos lustros después parece que hablar de consenso es ser traidor a las esencias de unos y otros. Prevalece la confrontación y la negación a cualquier propuesta del contrario, sobre la búsqueda de soluciones. Pero, de vez en cuando, se dan situaciones que devuelven algo de esperanza. Esta semana ha trascendido que el presidente de Castilla-La Mancha y los líderes del Partido Popular y Ciudadanos en la región, se han puesto de acuerdo para firmar conjuntamente una proposición no de ley sobre política hidráulica. Desde la aprobación de la Ley de ‘Aprovechamiento Conjunto del Trasvase Tajo Segura’ (vaya falsedad de titulo) hace cuarenta años, es la primera vez que la Región parece que se toma en serio de verdad este asunto pasando de las declaraciones más o menos hipócritas a los hechos. Gracias de verdad a los firmantes de este acuerdo. Pero es que, para mayor sorpresa, se va a tratar en una mesa conjunta asuntos como la reforma del Estatuto y la despoblación. Emiliano García Page que cuenta con mayoría absoluta para gobernar, ha demostrado con esta iniciativa lo que debe saber hacer un buen dirigente, consensuar los grandes asuntos que precisan de políticas a largo plazo. Y Francisco Núñez y los dirigentes de Ciudadanos, han sabido dar la respuesta oportuna. Gracias a todos por darnos una alegría en unos momentos en que la incapacidad y la desmesura reina en otros ámbitos. Ojalá cunda el ejemplo.