Pilar Gil Adrados

Entre Encinas

Pilar Gil Adrados


Crecimiento nominal

03/09/2020

Nunca ha estado de más estar al tanto de la economía pero ahora eso te exige varias tomas diarias de cucharadas soperas con escasas certezas. Pocas cosas vemos con certidumbre porque las restricciones que va imponiendo  el control de la enfermedad van repercutiendo seriamente en la economía. De hecho, un buen indicador es la alegría con que las bolsas de valores reciben las noticias relacionadas con líneas de investigación que desarrollan nuevos tratamientos o con el prometedor avance en los ensayos clínicos que precisa una vacuna para que sea seguro y eficaz su uso en la población.  
Se esbozan nuevos escenarios económicos. De una marcada tendencia a la interdependencia y mundialización se apunta al repliegue de los Estados con ánimo proteccionista. Las posiciones internacionales de las empresas sufren no solo por el tipo de cambio de las divisas, sino también por las limitaciones y cortapisas a su actividad que no les permiten atender a sus clientes. Pocas  recompran sus acciones y otras muchas las emiten para mantener su liquidez Algunas empresas de economía colaborativa, que se nos querían presentar como un modo sostenible de entender la propiedad y el consumo, han visto caer a la mitad su valor respecto a su oferta pública inicial (IPO). Mientras, progresan con fuerza las tecnológicas que van cubriendo el cambio obligatorio de nuestros hábitos que adoptan el comercio electrónico, el teletrabajo, la teleasistencia domiciliaria, las reuniones virtuales o la educación online.
Las restricciones sanitarias han afectado a los talleres, a las fábricas, a las industrias, a las tiendas físicas, a la hostelería, a la restauración, a los artistas y a muchos otros proveedores de bienes y servicios. A medida que el tejido productivo se va perdiendo, se reduce la oferta de empleo. Los últimos datos sobre el paro en España nos muestran esta realidad lastrada porque ya teníamos una de las tasas de ocupación más baja de los países europeos y estaba la creación de empleo supeditada a las fases de expansión económica, menos cualificado y temporal.
Se está elevando considerablemente la deuda para mantener los subsidios mientras se crea y recompone la oferta de trabajo. De aquí la oportunidad del esfuerzo fiscal para hacer frente a la pandemia del plan de recuperación europeo. Será acertado si el dinero conseguido en el mercado se dedica a propósitos productivos como al capital humano y a las infraestructuras cruciales para la producción, la investigación y la innovación. En ese caso, será deuda buena en palabras de Mario Draghi, expresidente del BCE, y no solo por el hecho de que los tipos de interés sean muy bajos.
El objetivo es crear empleo, reducir las desigualdades y que el crecimiento nominal, el aumento valor de los bienes y servicios que componen nuestra riqueza en el mercado, nos facilite hacer frente a las obligaciones asumidas con los acreedores. «Interpretamos mal el mundo y decimos luego que nos engaña» Rabindranath Tagore.