Sonsoles Arnao

Tiempos de swing

Sonsoles Arnao


Lo de Madrid

22/03/2021

Madrid está en una encrucijada política decisiva. Y no solo para los madrileños y madrileñas. El gobierno de la institución y la economía más importante después del Estado está en juego, después de las jugarretas y la apuesta de Isabel Díaz Ayuso para consolidar el liderazgo de la ultraderecha mentirosa y neoliberal. Unas elecciones clave para parar la involución, sin frenos y sin complejos, que pretenden el PP y VOX. Parar el Madrid de los negocios con hospitales y colegios, la de las élites rentistas, de la corrupción y el fraude. Madrid de los pelotazos, de la usura con el suelo y la vivienda, del pin parental. Que ha expulsado a población precaria a las fronteras de las provincias de nuestra región. Ese Madrid que lleva tanto tiempo bajo los hilos de esa España que estrangula. Los de la dictadura del ‘propietariado’. Los de la libertad para no pagar impuestos, para cobrar el 70% del salario a un currante en concepto de alquiler. Libertad para comer pizzas y hamburguesas todos los días en el menú escolar, para organizar las medidas del confinamiento según convenga al negocio.

Madrid merece ilusionarse y esperanzarse con una alternativa. No está condenada a seguir sometida a las riendas del PP más reaccionario y peligroso. No se trata del No Pasarán, sino de que se abra paso un proyecto de cambio tras 26 años de gobiernos del PP. La oposición tiene que demostrar inteligencia, audacia y responsabilidad para comprometer un tiempo nuevo en la Comunidad de Madrid. Hay alternativa. Hay alternativas. No hay excusas. La ausencia de una candidatura conjunta no debería menoscabar una mayoría de gobierno. A la derecha no le pasa. Se presentan en tres candidaturas y gobiernan. Porque como dijo Pepe Mújica: «las izquierdas se dividen por ideas y las derechas se juntan por intereses». No hay una candidatura única porque tampoco la quieren. Ninguno, desde un principio. Llegados a este punto, es mejor la colaboración sincera, leal y programática que el trágala y la falsa unidad. Sobre todo después de ver las formas en las que se reclama esa unidad. El Partido y el líder, el Líder y el partido, deciden acudir a salvar la izquierda madrileña, incluso a quienes no han pedido ser salvados. Les pide a quienes están en el tajo diario, bregándose en la oposición, que les siga en una candidatura liderada por él. Y le han dicho que no. Normal. Interesaba escenificar que los otros no quieren. Pero ya está. No hay tiempo ni interesan los reproches, ni el fuego cruzado, ni el fuego amigo. Hay que votar y hay que ganar las elecciones. Los madrileños y madrileñas, y de paso todos los demás, se merecen una Comunidad libre de un gobierno neo – liberal. Claro que se puede.