Miguel Ángel Dionisio

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Miguel Ángel Dionisio


Mística y místicos

24/02/2021

Es difícil encontrar en el panorama literario español, fuera de la producción de autores dedicados a la espiritualidad, obras que, desde la experiencia personal, aborden un tema que para muchos podría resultar totalmente desfasado pero que, sin embargo, atañe a lo más hondo de la experiencia humana. Me refiero a la tradición mística que tan rica ha sido en la literatura escrita en castellano.
Es por ello una agradable sorpresa toparse con un autor como Rafael Narbona y con su último libro, Peregrinos del absoluto. La experiencia mística. Descubrí a Narbona gracias a Twitter, donde sigo sus profundas reflexiones, hechas a base de una extraordinaria combinación de abundantes lecturas e intensa trayectoria vital, y que son siempre un pequeño soplo de aire fresco y vivificador en medio de esa sentina de odios y enemistades en las que parece que se va convirtiendo la red. A partir de esos ‘trinos’ me he ido acercando a la obra de Narbona y he podido disfrutar de esa pequeña joya que es el libro mencionado, un recorrido por el venero fecundo del pensamiento místico occidental, hecho desde un profundo conocimiento de los autores, un conocimiento que no es sólo intelectual sino radicalmente sapiencial, nacido del saboreo sereno de los mismos, a partir de un rumiar de los textos, que desgrana desde la admiración -siempre inicio de toda verdadera reflexión humana- pero también desde el juicio equilibrado que sabe descubrir limitaciones y falsos senderos.
Tras el prólogo de Javier Gomá, quien nos recuerda la oportunidad de un libro como éste en tiempos de relativismo furioso que nos ha desposeído de la idea del Todo, el autor reflexiona sobre la pervivencia de la mística en una época que parece contemplar el eclipse de Dios, presentando un pequeño ensayo sobre la misma, que en sí mismo ya merece la pena leer. Es un delicioso aperitivo que nos prepara para degustar una selección de manjares exquisitos, doce figuras que desde sus diferentes experiencias han tenido en común la búsqueda apasionada, en ocasiones dolorosa y desgarradora, siempre plenificadora, de lo Absoluto, la mayoría desde la tradición judeocristiana del Dios revelado en la Historia aunque también recoge la búsqueda en la Nada o en la transgresión. Partiendo de Santa Teresa de Jesús y su mística de la felicidad, va recorriendo la vida, la obra, la experiencia mística de San Juan de la Cruz, Blas Pascal, William Blake, Soren Kierkegaard, Unamuno, Rilke, Georges Bataille, Simone Weil, Emil Cioran, Etty Hillesum y Thomas Merton. Cada uno ha realizado un recorrido íntimamente personal, pues como el autor nos recuerda, «la mística no es una vivencia colectiva», es un apartarse del mundo, pero sin odiar el mundo, sino saliendo de él, entrando en otra dimensión de lo real, pero irreductible a lo meramente empírico.
Un libro bellísimo, extraordinario, que nos invita a zambullirnos en el hondón de nuestro ser y redescubrir que no somos sólo materia.

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