No crea nadie que haya leído el título de la columna que acabo de sufrir un ataque fulminante de soberbia, un arranque de egolatría, un complejo de grandeza repentino o cualquier cosa de ese estilo ampuloso e insoportable, si he titulado esta columna como acaban de leer es por algo que les cuento a continuación: Estaba el otro día trasteando en Internet con el ordenador y estos laberintos cuando no sé de qué manera llegué a una de esas páginas en las que hablan de Talavera, sus males y padecimientos; no pregunten el nombre de la página porque les doy mi palabra que no me fijé y en consecuencia no lo sé, además conociéndome un poco se sabe que de no haber puesto mucho afán en había de derecha a izquierda, en parte de arriba una bandera con el azul, blanco y recordar tal nombre rápidamente se me hubiera ido de la cabeza; me acuerdo eso sí que en la página aparecían de izquierda a derecha el azul, el blanco y el azul del pendón talaverano ocupando todo a lo ancho, pero lo más curioso para mí es que alguien, les doy mi palabra por segunda vez, que alguien a quien ni conozco ni he conocido nunca o eso creo, reproducía un artículo mío que había escrito en La Tribuna dos o tres semanas antes, algo que para mí fue muy significativo y convincente.
No voy a negar que en un principio eso de que alguien a quien no conozco reprodujera en una revista digital una de mis columnas me puso bastante ancho. ¿A quién no le halaga semejante cosa, y más viniendo tal halago de un desconocido total, por lo menos que yo sepa? Lo cierto es que quien reprodujo el artículo añadió al final la frase con la que titulo la columna de esta semana: ‘Grande Jesús Morales’. Además de la reproducción -en sí suficiente halago-remataba la cosa con la frase halagadora; aunque lo verdaderamente importante es lo que todo esto demuestra; sin entrar en profundidades ni extrañas interpretaciones está claro que en la zurrada y olvidada Talavera, en la ciudad del se traspasa, se vende, se alquila no soy el único que piensa en esta población y se duele de sus miserias, humillaciones e inservibles políticos. No quiero pasarme de optimista y pensar que es esto un síntoma de que de una vez se mueve algo en Talavera y en los talaveranos desde abajo y sin intervenciones bastardas de políticos mucho más interesados en sus bolsillos que en las mejorías de la ciudad.
Creo que fue la semana pasada cuando escribía a la alcaldesa que se necesitaba en Talavera algún movimiento desde abajo, desde las bases, ajeno a los partidos establecidos, que aglutinase el descontento y la frustración de los talaveranos con tanto lvido y tanta humillación como tiene con nosotros; no soy tan optimista de pensar que el autor de la réplica de mi columna es el mesías salvador, pero tampoco tengo ninguna duda de que hay mucha gente en esta ciudad que piensa lo mismo que yo o de forma muy parecida. El agua de nuestros ríos, el tren, el comercio, la universidad, nuestra posición prerminente en una gran comarca, el olvido de las administraciones y todo lo que saben de sobra ya no va esperar mucho más.