Gracias al canal de YouTube del Ayuntamiento de Toledo he podido contemplar el Debate del Estado de la Ciudad. Buena iniciativa, aunque hay que mejorar los subtítulos, que son de chiste, y abrir los comentarios para que los vecinos se expresen, salvo que asusten las opiniones de los disidentes, claro. Pues bien, después de contemplar las dos sesiones del debate he sacado varias conclusiones. La primera, el estado de Toledo se presenta de un gris tan plomizo como el discurso inicial de la alcaldesa. Dos horas estuvo la regidora en la tribuna, habla que te habla, apropiándose de iniciativas que no le corresponden, reiterando hasta el infinito sus escasos logros, anunciando actuaciones que llevan años durmiendo el sueño de los justos y, en definitiva, dibujando una realidad solo reconocida por los tolonistas, entre los que se encuentra el concejal no adscrito, que se ha sumado sin rubor a la horda de seguidores de nuestra ilustre regidora.
Pero ahí estamos los que molestamos, como diría el Cholo. Los que vivimos y pateamos la ciudad, los que atravesamos esos pasos de peatones repletos de socavones y que piden a gritos una mano de pintura, los que reclamamos accesibilidad, limpieza en las calles, cultura en los barrios, remodelaciones en muchos enclaves de la capital. Y un Casco Histórico vivo y no salpicado de turistas que cierran la puerta al salir cuando anochece. Es obvio que los vecinos del Casco no preocupan al equipo de Gobierno, que, eso sí, se enorgullece al asumir como propias incluso las obras en la Catedral.  Y les queda mucho para lograr esa ciudad «moderna, solidaria, amable e inclusiva» a la que aspira la portavoz socialista, Noelia de la Cruz. Me temo que piensa que ya existe.
Lo que me quedó claro es que el cuartel de la Guardia Civil irá en La Peraleda porque «lo quiere la Guardia Civil». Eso dijo la alcaldesa en un despliegue argumental que ya quisiera para sí el jefe de una república bananera. Habló de la Vega Baja, pero seguimos sin conocer el proyecto diseñado entre el propio Consistorio, la Junta y el Ministerio de Cultura, y somos muchos los que nos tememos lo peor en el entorno del Circo Romano, que, al parecer, se verá beneficiado por millones de euros del ministerio Cultura, y en la Peraleda, justo donde va el edificio de la Benemérita. Algún pisito caerá. Seguro.
Como conclusión de estas sesiones incalificables, me quedo con el liderazgo de Tolón entre los suyos y la necesidad de que la sociedad civil, los toledanos, nos movamos por nuestro Tajo, por preservar nuestro patrimonio en Vega Baja y La Peraleda, sí, y que el cuartel vaya a otro sitio. No olvidemos una batalla que urge ganar: el Hospitalito del Rey como residencia de mayores, propuesta aprobada nuevamente por la Corporación, pero que Page desprecia con infinita soberbia. Su cambio de parecer es sospechoso e indigno para nuestros mayores, además de una bofetada a los toledanos que reclaman esa ansiada residencia, en la que se invirtieron nueve millones de euros de dinero público. Los concejales no lo deben consentir. Por lo demás, acabo con unas palabras de Einstein que le van al pelo al farragoso discurso de la alcaldesa: «Si no lo puedes explicar de forma simple, no lo entiendes suficientemente bien».