Miguel Ángel Collado

Alma Mater

Miguel Ángel Collado


Empleabilidad e inserción laboral de los universitarios

05/07/2021

En los últimos años, las universidades han ido dando cada vez más una mayor importancia al concepto de empleabilidad de los egresados, en sintonía con el interés de los estudiantes en obtener a una formación que les capacite para desarrollar una trayectoria profesional en una sociedad y un mercado de trabajo cada vez más exigente y que está evolucionando de manera intensa y acelerada.
Si por empleabilidad entendemos el conjunto de conocimientos, habilidades y capacidades de que debe disponer un titulado para poder desempeñar satisfactoriamente las profesiones para las que le acredita el título obtenido, incluido el emprendimiento, el estudiante deberá adquirir no solamente conocimientos sino también competencias y habilidades, así como motivación; es decir, aptitudes y actitud.
Los estudios de inserción laboral de los titulados universitarios constatan un elevado nivel de satisfacción por parte de sus empleadores en cuanto a la calidad de los conocimientos que poseen aquellos por lo que el reto es fortalecer determinadas competencias soft o transversales que cobran día a día una mayor importancia para la empleabilidad, como la capacidad de desarrollar el trabajo de forma autónoma, de gestión de equipos humanos, de análisis y creatividad, de toma de  decisiones, o las habilidades comunicativas, entre otras.
Por ello, las universidades  no solamente proporcionan en las aulas y los laboratorios unos sólidos y actualizados conocimientos en cada una de las titulaciones que imparten sino también desarrollan actuaciones orientadas a que adquieran y perfeccionen esas otras competencias y habilidades y que van desde la colaboración de empresas e instituciones en el diseño de los planes de estudios, la participación de profesionales en la docencia reglada, en la dirección de trabajos fin de Grado y fin de Master, prácticas externas, estancias en universidades o empresas extranjeras, servicios de orientación, emprendimiento y empleo a estudiantes, egresados y profesionales, ferias de empleo, acumulación de capital relacional con Alumni y con las empresas y entidades con las que se relacionan, ligas de debate universitario, actividades de voluntariado y cooperación hasta las titulaciones duales.
Este de la formación universitaria dual es un gran reto del sistema universitario. Aunque hay ya experiencias positivas en el País Vasco, falta en España un marco normativo general respecto a las titulaciones duales de grado y máster (el doctorado industrial está más generalizado en el todo el sistema nacional) que requiere una estrecha colaboración entre los agentes formativos (universidad y empresa o institución) y la Administración.
Así pues, los estudiantes que se vayan a incorporar a la universidad el próximo septiembre pueden estar seguros de que la institución universitaria en su conjunto, así como las diferentes facultades y escuelas de todos los ámbitos del saber: artes y humanidades, ciencias, ciencias de la salud, ciencias sociales y jurídicas e ingeniería y arquitectura, desarrollan numerosas y relevantes actuaciones para favorecer su empleabilidad. Y los indicadores de inserción laboral de los que ya se han titulado nos dicen que cuanto mayor es el nivel de formación de las personas, la tasa de empleo es más alta y las retribuciones más elevadas.
Si acudimos a la Encuesta de Población Activa del primer trimestre de 2020, el porcentaje de población empleada era el siguiente, según el nivel educativo. Con Educación primaria, el porcentaje era el 49%; con Educación secundaria, el 71%; con Educación superior profesional, el 80%; con Educación superior, grado o equivalente, el 83%; con Máster, el 84% y con Doctorado el 90%. Los datos son prepandemia, pero son muy reveladores, la pandemia distorsiona la normalidad y la pospandemia exigirá en todos los países incrementar la economía del conocimiento, exigirá una sociedad todavía más cualificada.
La conclusión es que un estudiante  universitario se titulará con la capacitación necesaria para desempeñar un empleo inicial y a moverse dentro del mercado laboral, disponiendo de una mayor capacidad de inserción laboral. Y por eso, los poderes públicos deben garantizar la posibilidad de acceso a la educación superior a todos.