Juan Ignacio de Mesa

Barrio de Santo Tomé

Juan Ignacio de Mesa


La fuerza de la palabra

13/01/2020

Ya en la Transición se utilizaba mucho el término «estado españo» para no utilizar simplemente la palabra España. Luego se apropiaron PNV y Convergencia Democrática de Cataluña la representación de sus respectivas regiones al ser definidos sus diputados y senadores como «grupo vasco» y «grupo catalán» respectivamente, confundiendo la parte por el todo, ya que había diputados y senadores que no eran de dichos partidos y que no formaban parte de dichos grupos. Cambiando la forma de llamar algunas cosas, como también la definición de estas, luego nos llama la atención que un grupo, por mayoritario que pueda ser en un territorio, se arrogue la representación de todos los ciudadanos que residen en el mismo. Ahora se llega a cometer el absurdo de que algunos políticos (por desgracia cada vez más), pueden estar de viaje por Francia o Bélgica, pero caso de pisar España, dicen que están en el «estado español», como si la geografía hubiera pasado a mejor vida y uno pudiera viajar por el «conjunto de poder y órganos de gobierno de un país soberano» (RAE). Lo mismo sucede con la terminología que se utiliza en la información que se publica sobre acuerdos y pactos entre grupos políticos. Es obvio que todo acuerdo que se lleve a cabo debe estar dentro del «ordenamiento jurídico democrático» ¡faltaría más! No creo que a nadie se le ocurra poner en un texto que refleje algún acuerdo entre partidos, que el mismo se llevará a cabo dentro de un «ordenamiento jurídico antidemocrático». Pero con tal de no incorporar alguna referencia a la Constitución en cualquiera de estos acuerdos se hace encaje de bolillos. Y, como consecuencia, nefasta para todos, se hace un uso partidista de términos que no deben ser propiedad exclusiva de nadie, así a quién diga España en lugar de «estado español» o, simplemente, se refiera al orden constitucional, ya casi se le considera «facha», término que también tiene guasa con que frivolidad se utiliza. El comunismo y el fascismo fueron responsables de los mayores genocidios del siglo XX y toda justificación y referencia equivoca que se haga de ello es otra trampa terminológica. Y he conocido a comunistas y fascistas que fueron y son grandes personas. Más sintaxis e Historia y menos postureo, por favor.