Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


¿Cuántas veces nos van a vender lo mismo?

11/12/2020

Como a niños, a quienes se puede contar mil veces el mismo cuento, nos está tratando otra vez esta caterva socialista que rige los destinos de algunas partes de España. Cómo nos verán, que hasta Bambi, ese aliado de Maduro al que los dólares han hecho perder la inocencia, nos la dio con el queso del AVE. Ese día, hace ya unos pocos años, la sonrisa le colgaba por dentro y por fuera cuando nos dijo que «el AVE vendría a la máxima velocidad que pudiera circular», y, como decía Rocío Jurado, «yo le creí».
La última es de hace unos días. Casi reñimos por el trayecto que debería llevar el AVE, si por Toledo, si no por Toledo, si curva a la derecha, … cuando todos saben que ahora solo puede haber curvas a la izquierda. Que si estación de cristal o de ‘concreto’ como dicen nuestros hermanos iberoamericanos, que si los billetes se generarían a mano o incluso instalarían algún artefacto ‘ultramoderno’ que los expendiera… En fin, nos volvimos a creer que aun siendo castellano-manchegos-extremeños podíamos tener AVE.
Contemplando la inocencia de la escena –incluso nuestra alcaldesa hacía proyectos al respecto– recordé una anécdota que oí contar mil veces durante mi niñez sobre lo que son castillos en el aire. La historia es la siguiente: parece que una familia muy humilde de un pueblo, tenía la ilusión de comprar un burro para los acarreos de agua, leña y demás, que eran necesarios hasta no hace tanto en las casas de nuestros pueblos. Juntos imaginaban cómo sería el burro: su tamaño, su color, su temperamento… y dos de los numerosos hermanos comenzaron a discutir sobre quién montaría primero en el burro. Uno defendía que le correspondía a él como encargado de llevar el agua a la casa. El otro mantenía que él sería el primero porque era quién llevaba la comida a su padre, que trabajaba en el campo. La discusión llegó a un punto en que uno de los hermanos, que veía que el otro se apropiaba del burro, dirigiéndose a su madre dijo: «Mamá, que el nano no me deja montar en el borrico…»
Exactamente eso hemos hecho con el AVE. El problema es que ni somos niños ya para dejarnos tomar el pelo de esa manera, ni el AVE es un burro para dar servicio a una sola familia. El problema es que no nos damos cuenta de que estamos en un sistema en que mientras unos se atiborran de chuletas a los otros nos largan los huesos.
Está claro que el sistema político español, en el que unos son ‘de mejores madres’» que otros, no permitirá jamás un desarrollo armónico del territorio. ¿Cómo creen que se ha llegado a la despoblación de las Castillas? Sobre todo, cuando elegimos para que nos gobierne a un déspota que solo piensa en su colchón y su Falcon, y cuando además para mantenerlo necesita de los votos de la Regiones ricas, que saben concentrarse para multiplicar su valor. Siempre estas Regiones tendrán necesidades que impidan inversiones de importancia en otras que, como la nuestra, ni tiene una estructura política capaz de plantar cara al gobierno central, ni coraje para hacerlo. Por supuesto, pensar en la unión de la ciudadanía para exigirlo, es pura quimera. Por tanto, sigamos soñando…