Toledo mantiene la prohibición de botellón por el covid

M.G
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Un decreto de Alcaldía amplió temporalmente la ordenanza antibotellón en junio de 2020 y la extendió a toda la ciudad. Hubo un intento de levantar la medida en noviembre, pero los grupos se opusieron. Aun así, se celebran fiestas en la ciudad

En el Valle se produjeron aglomeraciones y se celebraron botellones el pasado domingo

Toledo parece encaminarse hacia la séptima ola de covid, como está ocurriendo ya desde hace días en prácticamente todas las poblaciones, y lo cierto es que puede o no que haya que volver a tomar algunas medidas para evitar contagios masivos, pero todo dependerá de lo que decreten las autoridades sanitarias y las administraciones. En este caso, la ciudad se encuentra en plena temporada de romerías y fiestas que suelen concentrar a mucho público y el Ayuntamiento tendrá que estar muy atento a la situación sanitaria y a las directrices de la Consejería de Sanidad. 

Si bien, en la administración municipal todavía queda un asunto de importancia sin resolver a pesar de que no se ha tenido en cuenta en la tradicional romería del Valle, el decreto de Alcaldía que se dictó el 4 de junio de 2020 y se llevó a la Junta de Gobierno Local para establecer «la prohibición del consumo de alcohol de forma social y multitudinaria en los espacios públicos de la ciudad de Toledo».

La medida se tomó con carácter temporal en consonancia con la situación sanitaria y la evolución del virus, pero la prohibición sigue vigente a pesar de que en determinadas ocasiones especiales, las migas del 24 y el 31 de diciembre, las fiestas universitarias en la Peraleda o la propia romería del Valle, se están celebrando con normalidad aunque aún no se ha dado por terminada la pandemia y tampoco las olas de covid.

En principio, la medida entró en vigor el 4 de junio sin fecha de finalización y se dejó constancia de que se extendería «hasta que dure la presente situación de crisis sanitaria». Y una vez que pasó por la Junta de Gobierno Local de carácter extraordinario fue ratificada por la Comisión de Movilidad y se elevó al Pleno municipal. Por tanto, beber en la vía pública sin estar permitido puede acarrear sanciones de entre 60 y 600 euros a los consumidores, como indica la ordenanza antibotellón

Desde entonces, el equipo de Gobierno municipal ha intentado una vez levantar la suspensión del botellón sin éxito. Ocurrió el pasado 17 de noviembre durante la comisión de Movilidad. La convocatoria llevaba este punto en su orden del día y acaparó bastantes minutos.  Coincidió que el Gobierno regional había relajado las restricciones sanitarias hacía mes y medio para dar pasos hacia la normalidad y se vio la posibilidad de eliminar esta medida excepcional, pero la amenaza de una sexta ola de covid y la postura de la oposición impidieron que el Ayuntamiento pudiera volver a la situación anterior, es decir, a que el botellón esté prohibido en el Casco, fundamentalmente, y en algunas zonas puntuales.

En este sentido, algunos ayuntamientos que decretaron medidas especiales antibotellón por el covid       aprovecharon el momento para levantarlas, pero otros, como el de Ciudad Real, se mantuvo firme a pesar de que la Junta ya era más laxa e incluso recordó en más de una ocasión que la conducta era sancionable.

En aquellos momentos, la oposición se puso de acuerdo y consideró que no había necesidad de revocar la medida de momento, dada la proximidad de las Navidades, ni urgencia y ni siquiera se daba la circunstancia de que  parte de la sociedad lo estuviera reclamando. Si bien, el concejal no adscrito, Luis Miguel Nuñez, añadió la posibilidad de volver a tratar el asunto en tres o cuatro meses «para comprobar la incidencia de la pandemia».

Sin embargo, el tema no ha vuelto a tratarse en el Ayuntamiento de Toledo y han pasado prácticamente seis meses. Ni lo ha puesto encima de la mesa el equipo de Gobierno municipal ni tampoco lo han sugerido o solicitado ninguno de los grupos municipales. 

El análisis de la situación se ha centrado en estos días en las aglomeraciones puntuales ocurridas en la romería del Valle, un problema que ha llevado al equipo de Gobierno municipal a estudiar la posibilidad de espaciar las casetas de los grupos políticos para evitar las altas concentraciones de gente que hubo el pasado domingo. Una medida que ya propuso Ciudadanos en marzo y fue rechazada.

Celebraciones. A pesar de que la medida sigue en vigor, en Toledo se han llevado a cabo algunas celebraciones multitudinarias sin que lo datos epidemiológicos estén en mínimos, como la fiesta universitaria de la Escuela de Ingeniería Industrial (ITI) el pasado 16 de marzo, que congregó a centenares de jóvenes en La Peraleda, que llevaba dos años sin convocarse por la pandemia. 

También las migas en las pasadas navidades, en plena sexta ola de covid, trajeron polémica y dudas, sobre todo, por el hecho de que este tipo de celebración suele provocar que los consumidores se concentren y consuman alcohol en la vía pública. Sin embargo, el Ayuntamiento finalmente las autorizó porque Sanidad no puso pegas.