Roca Rey vuelve a reinar en el Milagro

Dominguín
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El torero peruano cortó tres orejas valiéndole para abandonar en volandas el coso cubierto de Illescas. Morante de la Puebla, toreo de forma maravillosa al buen primer toro, pudiendo haber cortado trofeo. Aguado no tuvo suerte con su lote

dominguín/ illescas

Maximino Pérez lo volvió a conseguir. Hacía semanas que las entradas se habían agotado, más de seis mil almas abarrotaron la cómoda y cubierta plaza de toros, que ajena a cualquier imprevisto meteorológico del exterior. Los aledaños eran un mar de gentes, un ir y venir de aficionados, caras conocidas, muy conocidas, famosos que no quisieron perderse esta primera corrida de toros de la temporada en la provincia de Toledo.

La última vez que el peruano Andrés Roca Rey pisó el albero de Illescas fue en 2019, coincidiendo con la presencia del rey emérito don Juan Carlos de Borbón en una barrera. Y estuvo arrollador el torero, lo mismo que el sábado. Llegó a por todas recibiendo de capa a su primero sin enmendarse, luego con el quite con el capote a la espalda subió la temperatura de los tendidos. Tras brindar la faena al empresario Pedro Trapote, citó de rodillas al de José Vázquez, que se vino raudo por ambos pitones para de manera inverosímil pasárselo por la espalda entre los 'uy' y los 'ole'. Fueron seis con las rodillas hincadas y el pase de pecho de desprecio ya incorporado suficientes para que el coso casi al completo se levantase de sus asientos para aplaudir al torero peruano. Con la diestra arrastró la pañosa, haciendo que el astado de José Vázquez la siguiese hasta el final. Firmeza, trazo largo y aplome fueron las características de su faena. También los naturales tuvieron su peso en tres tandas muy bien entendidas por el espada, que volvió a caldear los tendidos con 'benardinas' de infarto por lo ceñido que se paseaban los pitones a la faja de Roca. Estocada tras pinchazo y primera oreja del festejo.

Roca Rey volvió al Milagro de Illescas y triunfó.Roca Rey volvió al Milagro de Illescas y triunfó. - Foto: DominguinEl quinto empezó a definirse en el quite por tafalleras y con el capote a la espalda rematado de una media con la vuelta del capote seguido de un derechazo y un pase de pecho que volvieron al tendido en un manicomio. Estatuarios de comienzo para sacarse al astado al tercio, rematados de un soberbio trincherazo y un pase del desdén. El toro embestía por bajo, largo y claro, lo que vio el torero que enganchaba por delante al burel y lo llevaba cosido a sus telas rojas hasta el más allá. Lo atronó con la tizona y del palco asomaron los dos pañuelos blancos que otorgaron sendas orejas. Triunfo mayúsculo que le permitió salir en solitario de la plaza en volandas.

MORANTE, CON GANAS.

A Morante lo vimos con ganas al que abrió plaza, recibiéndole encajado por verónicas. El comienzo de muleta por bajo, trincherazos antológicos y torería a raudales. Naturales de ensueño y derechazos medidos y de enjundia fueron la base de su trasteo que lo rubricó de estocada entera tras pinchazo hondo. El astado tardó en caer y la gente se enfrío lo que era una faena para tocar pelo. Algo complicado fue el cuarto de salida, sin verle el de la Puebla del Río. Pero con la muleta afortunadamente nos dejó un ramillete de detalles toreros por ambos pitones de un burel que embestida sin codicia ni entrega. No lo remató con los aceros, recibiendo cariñosas palmas del respetable.

Aguado reaparecía en Illescas tras su grave lesión de ligamentos que le apartó de los ruedos en septiembre de 2021. El tercero marcó sus terrenos de tablas de salida, lo que no provocó que Pablo Aguado meciera el capote a cámara lento por verónicas en el medio del ruedo u una media de remate que hizo vibrar a los asistentes. El sevillano tuvo que ir donde el toro le marcó y allí torearle despacio, pero que muy despacio, enroscándose las embestidas a su faja hasta que el animal cerró la persiana. Con el sexto tampoco tuvo suerte y todo quedo en detalles y empaque que demostraron que este año puede ser una gran temporada para Aguado. Saludó tras terminar su trasteo, con un respetable que en gran parte estaba deseoso de ver si podía destapar el tarro de las esencias.

 

 

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