La nueva normalidad en el foso del Teatro Real

LUIS J. GÓMEZ
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El violinista de Fuensalida Alfonso Aldeanueva toca en el regreso de la ópera a Madrid con 'La Traviata'. Lleva mascarilla, ya no comparte atril y dice que con la separación se escucha más

La nueva normalidad en el foso del Teatro Real

Acababa de llegar de dar un concierto en Essen, Alemania, cuando se decretó el Estado de Alarma. Se tuvo que quedar en Madrid todo el confinamiento y la desescalada, pues no fue hasta la última semana de junio cuando pudo volver a Fuensalida. Ahora está tocando en el regreso de la ópera al Teatro Real, con ‘La Traviata’ de Verdi. La  nueva normalidad se estrena con el brindis más famoso de la música clásica, con un Libiamo que es un canto a la vida. Parece hecho aposta, pero en realidad el Real tenía programada ‘La Traviata’ como fin de temporada para julio.

Aldeanueva cuenta a La Tribuna que retomó los ensayos con muchas ganas. «Yo siempre he dicho que lo mejor que podíamos hacer era volver antes del parón del verano, porque en agosto no se hace nada en las orquestas, así que irte hasta septiembre sin saber nada iba a ser bastante duro», confesó. Él pasó las audiciones para estar en la bolsa del Real y cuenta que últimamente participaba en el 80% de las producciones. El parón del Estado de Alarma también coincidió con el proceso en el que estaba inmerso de una prueba para conseguir plaza de violín fijo en la orquesta del Real, algo que se paralizó. Cuenta que en la cuarentena aprovechó para estudiar: «Empecé a aprovechar el tiempo y a estudiar cosas que no he tenido tiempo a lo largo de estos años y luego, como no veía ninguna fecha y todos decían que no se iba a volver hasta septiembre, opté por descansar, leer e intentar pasar el tiempo lo mejor posible».

Pero finalmente vuelve a tocar el violín antes de septiembre. Aunque esta producción de ‘La Traviata’ se estrenó el 1 de julio, él la tocó por primera vez el 2. Y es que en esta ocasión hay dos orquestas rotatorias. Aldeanueva explica que es así porque se han programado funciones para casi todos los días del mes para permitir que vean la ópera todos los que tenían abono y también para sacar entradas libres. Hay que tener en cuenta  que el Teatro Real abre al 50% del aforo. En orquestas hay dos, pero en repartos hay hasta cuatro, algo también fuera de lo común. Lo habitual es que haya dos y, si son muchas funciones, llegar hasta tres.

Antes de retomar los ensayos les hicieron las pruebas de anticuerpos y Aldeanueva cuenta que los cantantes extranjeros tuvieron que pasar la cuarentena preceptiva.

En el foso de la orquesta muchas cosas han cambiado. «Tenemos que estar con bastante antelación por si hay alguna baja o alguien se encuentra enfermo», explica. De hecho, hay un número de músicos que tienen cada día la función de estar preparados por si han de hacer una sustitución. Al llegar se les toma la temperatura y como él toca el violín dice que desde que entra al teatro tiene que estar con la mascarilla puesta. No se la pueda quitar ni cuando está tocando a Verdi.  

Explica que en la orquesta han conseguido que haya una distancia de dos metros entre los músicos porque el Real puede habilitar tres tamaños de fosos. Para ‘La Traviata’ la orquesta cabría en el foso pequeño, pero han habilitado el foso grande, quitando hileras de butacas para así ganar espacio. Alfonso Aldeanueva toca con mascarilla, pero eso es algo que pueden hacer los músicos de cuerda o los de percusión. Para los de viento la mascarilla no es viable, pero se han puesto mamparas de separación.

A diferencia de las funciones anteriores al coronavirus, ahora tiene cada músico su atril (ya no se comparte entre dos) y las partituras no se pueden dejar en el foso. Los descansos son también más grandes para limpiar y desinfectar. Pero todos estos cambios también se notan al interpretar la música. Aldeanueva cuenta que al principio se sentía incluso «incómodo» tras los meses de parón y con las nuevas distancias. «En mi caso me costó especialmente adaptarme a la situación», confiesa, «en esta nueva normalidad  te escuchas mucho más a ti y cuesta mucho más tocar en grupo». Pero los ensayos y el esfuerzo han conseguido superar estas dificultades. Y otra vez en el Real se vuelve a brindar.