Tres meses han pasado desde que el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro Chaves, comentó que le gustaría que el Corpus Christi pudiera celebrarse con normalidad. De momento, no es posible, pero lo cierto es que ganará visibilidad en la calle a pesar de que no habrá procesión como a él le gustaría. Las calles se engalanarán, «los objetivos pastorales se cumplirán» al igual que el año pasado pese a la pandemia, y se podrá contemplar la Custodia aunque no recorra las calles. «Estamos negociando», subrayó ayer sobre los preparativos y está conversando con las autoridades sanitarias y con el Ayuntamiento, así que habrá que esperar «tres o cuatro días» para conocer los detalles.

Cerro Chaves insiste en que  lo importante es cumplir con los actos religiosos sin perder de vista el significado de la procesión, «de la fiesta de Dios en la calle», pero entiende que la pandemia aún sigue activa y es necesario cumplir a rajatabla con las medidas sanitarias «por responsabilidad», también «por sentido común» tal y como lo está llevando a cabo la Iglesia desde el principio.

Está previsto celebrar la tradicional misa en la Catedral como todos los años. En principio, no hay limitación de aforo porque se encuentra al «100%» en estos momentos, pero el arzobispo es consciente de la necesidad de controlarlo y adaptar el espacio para cumplir con la distancia social que marca la administración sanitaria. Aun así, tiene claro «que caben muchas personas» en el templo dadas sus dimensiones.

El arzobispo hace especial hincapié para que se engalanen las calles y pide que los adornos «sean signos eucarísticos» que representen esa celebración y manifestación de Dios en la calle. Si bien, entiende que no hay necesidad de entoldar las calles de Casco porque la Custodia únicamente podrá asomarse, pero no se podrá montar  un cortejo procesional ni guiarla por las calles como siempre. Aún no está definido cómo se podrá contemplar la obra de Arfe. Puede «que avance unos pasos» para que el público pueda disfrutarla, o que se plantee la posibilidad de situarla junto a una de las puertas y que el público pueda acercarse, cumpliendo con las normas sanitarias.

En definitiva, el objetivo es que el Corpus «no pase desapercibido porque es una referencia para España» y que Toledo también se tome «como na referencia por hacerlo bien».