Plazas, lugares de encuentro

María López Pérez
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El Museo del Ejército conserva un álbum de fotografías de la ciudad de Toledo realizado por la Comandancia de Ingenieros en 1904. Las imágenes corresponden al fotógrafo Casiano Alguacil Blázquez

Plazas, lugares de encuentro

Casiano Alguacil Blázquez [1832-1914] tiene nombre propio para la ciudad de Toledo. Atrapó en imágenes instantes de la ciudad con enorme naturalidad, sin pretensiones preconcebidas. Tuvo estudio en Toledo desde 1862, donde logró gran reputación. En 1866 inició un proyecto personal llamado "Museo Fotográfico", configurando un álbum de vistas de ciudades españolas que incluía una cartela como pie dando nombre al motivo y que editó en láminas sueltas. Hoy nos detenemos en uno de esos instantes, contenido en un álbum de fotografías de la ciudad de Toledo realizado por la Comandancia de Ingenieros en 1904. Les invitamos a abrir una ventana en el tiempo y visitar la Plaza del Ayuntamiento de Toledo vista por el objetivo de Casiano Alguacil a finales del siglo XIX. 

La Plaza es el espacio urbano por excelencia para el encuentro y la tertulia, cuando no para "dejarse ver" o cruzar la mirada con interés de galantería. Esta imagen nos lleva a esa definición, reflejando a la perfección la personalidad de la obra del fotógrafo toledano Casiano Alguacil, capaz de retratar a la ciudad viva, captada a través del retrato de sus gentes, enmarcadas en el escenario urbano como partícipes y parte integrante del espacio. Alguacil nos muestra la Plaza como un lugar social, un lugar de paso o para quedarse, un espacio público de múltiples conexiones convertido en escenario de encuentros y desencuentros. En nuestra vista, llama la atención la verticalidad de la fachada monumental del Ayuntamiento, como marco excepcional. Su quietud conecta con la Plaza en movimiento, estableciendo un diálogo abierto entre lo que permanece y lo cambiante, representado esto último mediante un grupo de  micro-escenas que se desenvuelven con naturalidad en el espacio. En el centro, tres mujeres parecen esperar, una de ellas incluso dirige su mirada al objetivo; también "mira" con atención, un niño acompañado por su niñera que descansa sentada mientras le sostiene la mano. Los espacios de asiento serán imprescindibles en las Plazas, lugares de descanso, ideales para la lectura, la charla o simplemente para "estar". En nuestra Plaza también descansan sentadas dos cantareras, que regresan o se dirigen al abasto de agua en alguna de las fuentes de la ciudad. Vemos además un grupo de hombres en animada charla y otro, con sombrero de ala ancha, que la cruza acompañado de un animal con alforjas para el transporte. Todos estos retratos nos hablan de la vida cotidiana de la ciudad a finales de siglo. El objetivo de Casiano Alguacil recoge esta vida, atrapando sus monumentos y calles, pero también sus gentes, mostrando el entramado urbano como un espacio de sinergias y experiencias cargadas de identidad. 

La imagen que hoy nos ocupa muestra la Plaza como un espacio colectivo de participación, tal y como lo es hoy y como lo ha sido a lo largo del tiempo. Pocos espacios definen nuestra cultura como las Plazas, convertidas en escenarios dinamizadores, abiertos y habitados que sintetizan el carácter de la ciudad. La arquitectura las define y las personas las transforman cuando las habitan, manteniendo intacta su capacidad de invitar a la reunión y al encuentro, citas con amigos, familiares o enamorados. La cámara de Casiano Alguacil recorrió las calles de Toledo y las recogió para el recuerdo, ésta y otras bellas plazas de la ciudad quedan conservadas en su legado, recordadas como lugares de encuentro y de memoria, espacios en movimiento que aún hoy mantienen intacta esa simbólica esencia.