«Toledo seguirá demostrando su fortaleza tras la pandemia»

F. J. R.
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«La expectativa es cerrar el año con unos 140.000 visitantes, muy lejos de los 370.000 de los últimos años»

«Toledo seguirá demostrando su fortaleza tras la pandemia» - Foto: Yolanda Lancha

El general de brigada Jesús Arenas (Buenaventura,1961) fue nombrado  nuevo director del Museo del Ejercito el pasado 31 de agosto. Llega al cargo en uno de los momentos más complicados, con la crisis del coronavirus golpeando, pero con la ilusión intacta por seguir mejorando una de las instituciones más valorada por toledanos y visitantes.

En primer lugar, enhorabuena por el nombramiento, y en segundo, debe ser muy especial para un militar toledano poder dirigir el Museo del Ejército, ¿qué sensaciones tiene en este nuevo cargo?

Muchas gracias. Sin duda es muy especial. Tras haber tenido el honor de servir a España en activo durante 40 intensos años en magníficas unidades de las que guardo un imborrable recuerdo, el Ejército me concede el privilegio añadido de continuar sirviendo a España unos años más en situación de reserva, y además en este emblemático Museo del Ejército de Tierra, ubicado en el establecimiento militar Alcázar de Toledo, una joya arquitectónica que atesora siglos de historia. Lo que siento es una inmensa satisfacción, gran sentido de la responsabilidad, consciente de la trascendencia del cargo que ocupo, la misma ilusión y entusiasmo por desempeñar mis cometidos que cuando afronté, hace ya muchos años, mi primer destino como joven teniente de Operaciones Especiales; y fundamentalmente, compromiso de servicio, a España, al Ejército, al Museo, a Toledo, sus instituciones y sus ciudadanos, y por supuesto, a todo el personal del Museo que tengo el honor de dirigir.

Llega a la dirección del Museo en una situación complicada, con la pandemia afectando seriamente al turismo y al ocio en el que es sin duda el peor momento en la historia del Museo del Ejército en Toledo. ¿Cómo está lidiando con la situación?

Como muy bien dice, el Museo está viviendo su peor momento desde su traslado a Toledo, del mismo modo que el resto de las instituciones y todos los ciudadanos. En esta situación tengo muy claro que la prioridad es la lucha contra la pandemia, por encima de los fines y cometidos del Museo, de forma que asumo como un hecho lógico e inevitable la incidencia que la pandemia está teniendo sobre el turismo y no planteo objetivos inalcanzables. El Museo sigue desempeñando sus funciones, que no se limitan a la exhibición de los fondos expuestos, comprendiendo otras como la investigación, la catalogación, la digitalización, la conservación preventiva o correctiva de los fondos, la elaboración de catálogos y estudios o la organización de exposiciones temporales, de las que el mes pasado se inauguraron dos: ‘10 años en Toledo, cerca de ti, cerca de todos’ y ‘100 años de la Legión’. Sobre estas últimas funciones la incidencia de la pandemia es poco significativa, mientras que sobre la exhibición y difusión de los fondos de la exposición permanente es muy notable a causa de la drástica disminución de visitantes. No obstante, la gratuidad general de la entrada todos los días de apertura y el incremento de visitas virtuales y a través de la app, mitigan esa incidencia. De hecho, este pasado fin de semana, tanto el sábado como el domingo, se han formado largas colas para acceder al Museo, al alcanzarse el aforo máximo de 1.200 visitantes establecido actualmente por razones sanitarias. El domingo se superaron los 2.200 visitantes.

En cuanto al ocio, el Museo ha reiniciado las actividades culturales a principios de este mes que incluyen museo en vivo, museo en familia, cuentacuentos o teatro de guiñol en grupos reducidos de nueve personas por sesión, con una tremenda aceptación, de forma que no se puede atender en su totalidad la elevada demanda.

¿Cómo luchan desde el Museo contra un enemigo invisible como el coronavirus? ¿Qué protocolos se han puesto en marcha?

Luchamos, al igual que el resto de las instituciones y ciudadanos, cumpliendo escrupulosamente la normativa sanitaria en vigor en cada momento, adoptando los protocolos básicos de distanciamiento social, uso de mascarillas y geles hidroalcohólicos, reducción de aforo, estrictas medidas de higiene y limpieza, y en algún caso en que es posible, mediante el teletrabajo.

¿Tienen cálculos de cuántos visitantes ha perdido el Museo desde la pandemia?

Si comparamos las cifras con el año anterior, entre marzo y septiembre de 2019 el Museo recibió más de 200.000 visitantes, frente a algo menos de 50.000 en el mismo periodo de este año, lo que supone una reducción del 75%. No obstante hay que tener en cuenta que durante el estado de alarma el Museo permaneció cerrado. Entre julio y septiembre hemos recibido casi 40.000 visitantes, algo menos de la mitad que el año pasado. La expectativa es cerrar el año con unos 140.000 visitantes, muy lejos de los 370.000 de los últimos años.

Dirige uno de los museos más visitados de una ciudad eminentemente turística, ¿cómo ve el sector de la cultura y del turismo actualmente en Toledo?

Considero que es un sector fuerte, pero afectado muy duramente y en muchos casos, de forma dramática, por esta situación coyuntural generada por la pandemia. La drástica reducción del turismo ha dejado en situación crítica a muchos negocios relacionados con el sector y a muchas familias tras ellos. Pero una vez se supere esta situación, no tengo duda de que seguirá demostrando su fortaleza. Toledo es una ciudad con enorme atractivo: su historia, las diferentes culturas que han pasado por ella, su fisonomía, sus magníficas vistas, los bellos rincones de su casco histórico, su gastronomía, su gran oferta cultural, monumental y museística. Es una ciudad que se vende por sí sola.

Como nuevo director, a pesar de llevar muy poco en el cargo, ¿cómo se ha encontrado la institución que ahora dirige?

Como bien dijo usted antes, me he hecho cargo en una situación complicada, en la que el Museo está rindiendo muy por debajo de su nivel habitual. Pero tengo que decir que en los últimos años el Museo ha crecido mucho y que mis predecesores en el cargo me lo han dejado a un altísimo nivel. En esta década en Toledo el Museo ha recibido 3 millones de visitantes y este año se inició con crecimiento, ya que en los meses de enero y febrero se recibieron 10.000 visitantes más que en ese mismo periodo del año 2019. Así que me encuentro una institución en crecimiento, ralentizada coyunturalmente por la situación que atravesamos y con una gran proyección a nivel nacional e internacional. Pero lo más valioso que he encontrado es un magnífico equipo humano, plenamente comprometido, que desempeña su trabajo con cariño, ilusión y entusiasmo, que me han demostrado ya su gran profesionalidad y valía, y de los que me siento enormemente orgulloso. Con un equipo así, no tengo duda de que el Museo alcanzará todos los objetivos que se plantee.

¿Qué planes a corto, medio y largo plazo tiene para el Museo?

Tengo redactado ya el documento del Plan Estratégico del Museo del Ejército para el periodo 2020-2023, que establece los ejes principales de actuación y los objetivos estratégicos para un horizonte temporal de tres años, que es la previsible duración de mi desempeño en el cargo. El mes que viene presentaré el plan ante el Patronato del Museo del Ejército, órgano rector del Museo junto a la propia Dirección, y que está presidido por la Ministra de Defensa, con la vicepresidencia del Jefe de Estado Mayor del Ejército.

Estaré encantado de detallarle la información que me pide una vez que el Plan Estratégico esté aprobado por el Patronato.

No obstante, sí le puedo decir que lo que pretendo a grandes rasgos es mantener las capacidades alcanzadas; reactivar las actividades infantiles y familiares de fin de semana, las exposiciones temporales, las actividades de cooperación institucional y con entidades con fines de interés social, y ya lo estamos haciendo; impulsar los procesos de digitalización y catalogación de las colecciones, que también estamos reiniciando; impulsar los convenios y colaboraciones con entidades académicas, universitarias o museísticas que coadyuven a la consecución de los fines del Museo; seguir acercando el Museo a Toledo; impulsar su proyección nacional e internacional; diseñar un programa de exposiciones temporales a largo plazo, que ya está definido hasta el año 2025; mejorar los contenidos de la exposición permanente con itinerarios específicos e información adicional de los fondos expuestos por medio de códigos QR; ya se está trabajando en ello.

Como el escenario económico previsto para los próximos años no parece favorable y, al menos a corto plazo, no es previsible recuperar las cifras de visitas presenciales, me propongo acercar el museo y sus fondos al ciudadano por medios alternativos, con un nuevo diseño de página web más ágil, intuitiva y amigable para dispositivos móviles, conseguir un canal youtube para difusión de ciclos de conferencias, realizar visitas virtuales de todas las salas del museo, dar a conocer por medio de audiovisuales los fondos almacenados no expuestos y las tareas de conservación preventiva y restauración o difundir simultáneamente en toda España las exposiciones temporales por medios audiovisuales, aprovechando la red de museos de nuestro Ejército de Tierra. Se trata de llegar más lejos, a más gente, por más vías y con más información.

Recientemente se ha inaugurado la exposición temporal sobre los 100 años de la Legión, ¿qué nos puede adelantar de la programación del Museo de cara al próximo año?

Para el año que viene se tiene previsto iniciar la itinerancia de la exposición temporal ‘100 años de la Legión’ a partir de abril, en que finaliza en el Museo del Ejército. Tenemos previsto también acoger el congreso internacional de museos militares (Icomam) en el mes de mayo e inaugurar la exposición temporal ‘Los Episodios Nacionales de Galdós en el Museo del Ejército’ en el segundo semestre.

Supongo que como toledano conocería de sobra el Museo pero, ¿le ha sorprendido algo desde que es su director? ¿Qué pieza le llama más la atención de toda la colección?

Contestando a su primera pregunta le diré que me ha sorprendido muy gratamente la colaboración del Museo con la Fundación RedMadre y con CECAP Toledo, colaboraciones que pretendo impulsar, apoyando a estas instituciones que de forma generosa realizan una encomiable acción social a quienes lo necesitan. Igualmente la realización de prácticas en el Museo de alumnos de diferentes universidades, que también pretendo impulsar.

En relación a la segunda, destacaría la espada jineta de Boabdil, una auténtica joya nazarí con una riquísima empuñadura de oro, plata y marfil. Sólo se conservan en el mundo 4 espadas jinetas nazaríes: una en Alemania, otra en Francia y 2 en España, ambas en nuestro Museo del Ejército, y ninguna de la riqueza artística, singularidad y valor histórico de la espada de Boabdil, ya que está acreditada su pertenencia, y su procedencia con ocasión de su captura en la batalla de Lucena en 1483.  Esta espada jineta forma un conjunto con su vaina y tahalí, con su estoque, único por su tipología, y variada indumentaria, como marlota, botas, babuchas y turbante. La otra espada jineta nazarí que se conserva en el Museo perteneció a Aliatar, y es también un magnífico ejemplar. La espada jineta de Boabdil ha estado expuesta recientemente en el Museo Arqueológico Nacional. Recomiendo visitar nuestro Museo, porque es una pieza única que no podrán ver en ningún otro lugar.

Como militar, ¿qué periodo de la historia de España le llama más la atención? ¿Por qué?

Sin duda, nuestro Siglo de Oro, que vio el florecimiento de las artes y la lengua castellana, de la mano de la creación de una gran nación y de un imperio, con importantes aportaciones para la humanidad como el descubrimiento de América y su posterior desarrollo, del que debemos sentirnos muy orgullosos pese a que la leyenda negra se ha empeñado en desacreditarlo, y por desgracia, con éxito; un descubrimiento que puso fin a la Edad Media, y que se realizó bajo parámetros extraordinariamente avanzados para la época, promulgándose leyes de inspiración cristiana basadas en el derecho natural de Francisco de Vitoria, como las Leyes de Indias, que consideraban a los indios personas bajo la protección directa de la Corona, en una época en la que esto habría sido impensable en cualquier otra nación; donde no se produjo exterminio sino mestizaje y donde España dejó grandes infraestructuras, educación y sanidad, materializado en ciudades, puertos, universidades, colegios, hospitales, imprentas, templos, edificios administrativos y otras infraestructuras, además de preservar la cultura y las lenguas indígenas, que hubieran desaparecido de no haberse editado a lo largo del siglo XVI numerosas gramáticas y diccionarios de lenguas como quechua, guaraní, náhuatl o maya entre otras muchas, anteriores a las gramáticas de otras potencias europeas; por poner un ejemplo, cuando apareció la primera gramática inglesa, existían ya decenas de gramáticas indígenas y habían transcurrido más de 50 años desde la publicación de la primera gramática náhuatl. Un siglo de oro en el que España revolucionó la organización y la táctica militar con el Gran Capitán, y nuestros gloriosos Tercios constituyeron la mejor infantería del mundo, haciendo gala de tan elevados valores morales que llevaron a nuestro gran Calderón de la Barca a definir la milicia como religión de hombres honrados; unos valores que hoy día siguen constituyendo la esencia del espíritu militar español.

Y como toledano (de Buenaventura), ¿con qué periodo de la historia de la ciudad o de su provincia se queda?

Me quedo con la época visigoda. Aunque en época romana Toledo experimentó un gran desarrollo como ciudad, fue en el periodo visigodo cuando se convirtió por primera vez en la capital de un reino, que llevó su nombre: el Reino Visigodo de Toledo,  y que abarcó toda la península Ibérica, Septimania (parte del SE de Francia) y Septa (Ceuta); una época en la que Toledo marcó el devenir histórico de España con la conversión de Recaredo al Catolicismo en el siglo VI. El reino visigodo y su capital Toledo constituyeron los cimientos de la actual España, con un proyecto político sustentado en la monarquía, la iglesia y el ejército, que fue interrumpido con la llegada de los musulmanes en el 711 y reanudado durante la Reconquista. Sin duda, Toledo tuvo en época visigoda una extraordinaria relevancia política y con consecuencias históricas posiblemente poco reconocidas. Estoy convencido de que la esencia y los valores de aquel viejo Reino Visigodo de Toledo fueron los mismos que animaron el espíritu de la Reconquista y el nacimiento de nuestra nación en las postrimerías del siglo XV.

Llega usted procedente de un puesto en Ceuta, ha tenido el mando de unidades especiales y cuenta con experiencia en la guerra de los Balcanes, ¿no es un contraste grande pasar ahora a dirigir un museo? ¿Echa de menos un poco más de ‘acción’?

O no tendría alma de soldado o mentiría si dijera que no echo de menos el mando de unidades. Pero esa época ya la disfruté plenamente y me queda la íntima satisfacción del deber cumplido, que es la máxima recompensa a que aspira un soldado. Ahora estoy disfrutando de toda la ‘acción’ que ya estoy desarrollando, y es mucha la que tengo por delante; y como ya le dije, con enorme ilusión y entusiasmo, y muy honrado de tener el privilegio de dirigir este Museo del Ejército, de custodiar, conservar y difundir el amplio acervo histórico militar que atesora este Alcázar de Toledo, símbolo de esta Imperial Ciudad, que a su vez es símbolo de España.