Aguirre «duda» de si no tendría que dimitir también Casado

J.C.
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La expresidenta de la Comunidad de Madrid exige abiertamente la macha de Teodoro García Egea y se muestra partidaria de un Congreso Nacional en julio

Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid. - Foto: Europa Press

La expresidenta de la Comunidad de Madrid y cara reconocible del Partido Popular, Esperanza Aguirre, se ha despachado este fin de semana a gusto con la delicada situación que atraviesa su partido tras las acusaciones vertidas sobre Isabel Díaz Ayuso, de la que aprovechó para defender su honorabilidad. Que las aguas bajan turbias no es ningún secreto, pero lo que parece cierto es el hecho de que las caras visibles del partido están tomando posiciones en un conflicto en el que ambas partes están abocadas a entenderse, si no quieren que el peaje se pague en forma de votos en las próximas elecciones generales. Lo que aún está por ver es el balance de 'caídos' que deja este conflicto que ya tiene algunos nombres en 'puestos de salida'.

Aguirre arremetió con dureza contra Teodoro García Egea, del que directamente pidió su dimisión, y aseguró tener dudas si sería «suficiente con ello», en referencia a la necesidad de dimisión del presidente nacional del partido tras escuchar sus explicaciones en el programa de Carlos Herrera.

Dentro de su «manual» para ser buen gobernante, además de leer a autores liberales, Aguirre recomendaba también la lectura de periódicos extranjeros, para «tener visión global de cómo se nos ve desde fuera», pero sobre todo «estar muy bien formados para que nadie pueda ejercer ningún tipo de chantaje a cambio de un puesto político y poder decir que no a los Teo de la vida».

En cuanto a las posibles soluciones en esta tesitura que la propia Esperanza definió como «difícil, la dirigente veía claro la necesidad de «un Congreso Nacional en julio, del que salga el presidente del partido, que no tiene por qué ser el candidato a las elecciones generales», dejando claro que lo primero sería buscar la estabilidad de los populares y posteriormente elegir al candidato más idóneo para los comicios nacionales del próximo año. Un congreso que también pidió para el PP madrileño, puesto que «por estatutos tiene que ser como máximo cada cuatro años, y desde 2017 no se ha convocado», algo «incomprensible» y que está siendo retrasado sine die.

Una Aguirre que apremió a la valentía en el gobierno y a que «no importe lo que digan los gurúes de la corrección política e izquierda», además de reconocer que jamás pensó en presentarse a la Presidencia nacional del partido, «a pesar de que algunos periodistas casi me empujaban a ello», a la vez que criticó la tibieza y equidistancia con Vox y Podemos, puesto que a pesar de reconocer las diferencias con Vox, espetó que «son mayores con Podemos».

Ante el que calificó como el «momento más difícil de la historia de nuestro país», Aguirre recordó el gobierno de José María Aznar en 1996, del cual fue ministra de Educación y Cultura, en el que a pesar de que las matemáticas daban opciones a Felipe González, finalmente fue Aznar el presidente del Gobierno. Por el contrario, habló de Pedro Sánchez como un «mentiroso» que pretende mantener un «gobierno frankenstein» formado por «comunistas y bilduetarras», con tal de seguir montado en el Falcon y viviendo en Moncloa.