Ignacio Ruiz

Cabalito

Ignacio Ruiz


Tradición y carnaval

01/03/2023

La administración de Page se empeña en reducir la sustancia de la tradición y las costumbres de nuestra tierra. La eliminación de cualquier rastro de historia y cultura centenaria es, como mínimo, una argucia para reescribir una idea, inventar nuestra historia.
El que nuestros menores se atiborren de recursos insustanciales, de estándares que contaminan nuestras costumbres, el adaptar nuestro discurso para que el nuevo no se sienta agredido, sólo deconstruye y victimiza al ignorante que ni conoce, ni quiere conocer.
¿Existe la posibilidad de comer lentejas en fin de año en lugar de celebrar las campanadas con las 12 uvas? Aunque sea una tradición italiana, no, ni cabe la posibilidad ni se la espera. ¿existe la posibilidad de que desaparezca la tradición de la música en nuestro país? Pues, se abren ciertas dudas ante un horizonte nada halagüeño.
Me explico. Reducir a la mínima expresión la utilidad de los museos provinciales de nuestra región, dejar en el mínimo su capacidad de creación de exposiciones propias, fijas o temporales, lo único que hace es depender del marchante exógeno que viene, se lucra y se va.
Otro ejemplo. En estos días que han pasado de carnaval, en muchos pueblos de La Jara, de la Campana, Villafranca de los Caballeros o de la provincia de Ciudad Real, y tantos otros, se ha podido vivir el recuerdo de las Ánimas Benditas del Purgatorio, en la esperanza de que alcancen el Perdón.
No olvidemos que, hace poco, hemos visto, y seguimos viendo, cómo de fugaz es nuestra existencia, cómo de frágiles somos, y lo preparados que tenemos que estar siempre. Por ello, lo material, es prescindible, lo inmaterial y el bien que hayamos hecho es lo que trascenderá nuestra existencia. Pero estas tradiciones, guardadas y conservadas como oro en paño, de nuestros pequeños municipios las tenemos que cuidar eliminando la contaminación de otras culturas que nos acechan.
La cultura de nuestra tierra, tan diversa, la tenemos que conservar, difundir y promocionar, a través de nuestras festividades locales, a través de nuestros museos y tienen que ser presentadas con orgullo, ya está bien de complejos. Basta ya de adueñarse de los símbolos que son de todos. Esta tierra no es de unos contra otros, es de todo aquel que vive, siente y la disfruta.