El CD Toledo pretende crear un proyecto de ciudad deportiva

Jaime Galán
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Sería un plan a medio-largo plazo que el Consejo de Administración tiene como objetivo primario ante «las limitaciones de las instalaciones deportivas de la ciudad». En el pasado se pensó para Azucaica

Foto de archivo del graderío del estadio Paulino Lorenzo.

El Consejo de Administración del Club Deportivo Toledo desveló uno de sus anhelos desde que aterrizara en el club. La construcción de una ciudad deportiva. Según su presidente, Joaquín Sánchez-Garrido, es un objetivo primario porque «para hacer un club sostenible en el tiempo no puedes depender de los cuatro ingresos que tienen este tipo de clubes, sino que se necesitan instalaciones dignas y adecuadas para poder desempeñar el trabajo en todas las categorías». Y es que actualmente, el club cuenta solo con el estadio recién bautizado como Paulino Lorenzo, el anexo al Salto del Caballo, para dar cobertura a los más de 400 jóvenes inscritos en su escuela, de la que por cierto también habrá novedades al crear una nueva fundación que se hará cargo de ella.

La situación actual, según su presidente, limita poder ampliar el número de escolarizados y no les dota de las herramientas necesarias para retener el talento, que ven en los clubes de Madrid «un caramelo apetecible para cualquier niño con cualidades». Por tanto, Sánchez-Garrido aseguró que se encuentran en búsqueda activa, tanto de la financiación del proyecto como de los posibles terrenos donde se abordaría, y cree que al club le corresponde dar un paso adelante ante «las limitaciones de las instalaciones deportivas de la ciudad». El dirigente admitió contactos con el Ayuntamiento y contar con varias ubicaciones a analizar, expresando que el objetivo es «encontrar la mejor opción para que sea una realidad lo antes posible».

No es la primera vez que esto se plantea en la ciudad. Cuando el club se encontraba en Segunda División, su presidente de entonces, Emiliano Carballo, realizó un proyecto que ubicaba los terrenos en el barrio de Azucaica. Al final, quedó en nada.